Lo más común es renunciar al dentista, a ponerse gafas o audífonos, no acudir a fisioterapia y no recibir tratamiento psicológico.
En el último año, más del 40% de la población ha tenido que renunciar a algún servicio de salud por no poder permitírselo. Entre las personas que no llegan a fin de mes, la cifra roza el 70%. Estas son dos de las principales conclusiones de un reciente informe de la ONG Oxfam Intermón.
Lo más común es no poder acudir al dentista, no ponerse prótesis dentales y no comprarse gafas y/o audífonos.
Otro de los servicios de salud a los que más se renuncia por falta de dinero es acudir a fisioterapia. El 10,7% de los encuestados no ha acudido en el último año por no poder pagarlo. Mientras el 9,9% no ha podido permitirse recibir un tratamiento especializado de psicología.
En términos de género, casi todas las renuncias en salud afectan de un modo más intenso a las mujeres que a los hombres.
El estudio también analiza las diferencias a la hora de renunciar a servicios de salud entre las “personas blancas o caucásicas” y “personas racializadas”. El 27,3% de las personas racializadas en España no puede permitirse ir al dentista, un porcentaje que desciende al 20,4% entre las personas blancas o caucásicas.
La encuesta. El informe se basa en 4.102 entrevistas realizadas por Oxfam Intermón y 40db.