Lo que parecía hace unas horas la bravuconada del presidente de un club se ha convertido en el debate nacional del mundo del fútbol. A las palabras de Miguel Ángel Ramírez, máximo responsable de la Unión Deportiva Las Palmas, asegurando que habría público en las gradas del estadio de Gran Canaria el día 13, respondía ayer el Gobierno abriendo los brazos. Conciliador, pero sin euforia. Dejando abierta la puerta a que haya aficionados en los estadios esta misma temporada, aunque reconociendo al mismo tiempo que es una posibilidad complicada.
No se cumplirá el deseo del presidente del Las Palmas, pues no habrá seguidores de su club animando al equipo desde la grada en el primer partido tras la reanudación. Ese anhelo deberá esperar, al menos, hasta que toda España se encuentre en la misma fase. Solo entonces se empezará a estudiar si se permite la entrada de seguidores en los estadios de fútbol o si se mantiene la prohibición hasta la temporada siguiente. «Lo principal es respetar la integridad de la competición, y por eso no se abordará el asunto del público en los recintos deportivos hasta que todas las comunidades estén en la fase 3 o en la nueva normalidad. Eso no quiere decir que se vaya a dar el visto bueno, porque dependerá de muchos factores», explican a ABC fuentes del Consejo Superior de Deportes (CSD).
Su presidenta, Irene Lozano, estuvo ayer reunida con varios jugadores de Liga, entre los que estaban Carvajal (Real Madrid), Piqué (Barcelona), Koke (Atlético de Madrid) e Illarramendi (Real Sociedad), a los que le transmitió esa misma idea. En la conversación telemática estuvieron presentes también el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y Fernando Simón, que por la tarde ahondó más en esta cuestión durante su intervención diaria para exponer los datos de la pandemia en el país. «Hemos estado discutiendo algunas preocupaciones y algún aspecto clave como la presencia o no de público en las gradas. No se ha dado ninguna respuesta cerrada, obviamente porque no se puede ahora mismo. Sí que es cierto que el Ministerio se ha comprometido a hacer una evaluación de los riesgos. Y en el caso de que en la fase 3, según la situación epidemiológica, sí se pueda hacer, se hará», explicó el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias respecto a lo hablado con los jugadores durante la mañana.
O todos o ninguno
Lo que sí descartó Simón, en sintonía con la versión del CSD, es que esa presencia de público en los estadios de fútbol vaya a darse de manera escalonada. O todos, o ninguno. «No sería justo que en unos campos hubiera público y en otros no», opinó. En este sentido, la Liga prefiere no pronunciarse y se limita a seguir las recomendaciones del Gobierno y a expresar su deseo de que los aficionados puedan volver cuanto antes. El debate llegó ayer también a los vestuarios de los equipos, que ven con buenos ojos el retorno de los aficionados, pero siempre manteniendo ese criterio de igualdad. «Creo que tiene que ser o todos los equipos o ningún equipo. Jugar en casa con tu público es un plus, una energía extra en esos momentos malos que te empuja y te lleva en volandas. Si Sanidad cree que es posible y que no hay riesgos, me parece bien, pero no vería bien que unos sí y otros no», reconocía ayer Salva Ruiz, jugador del Deportivo.
Ese regreso, en cualquier caso, parece muy difícil que pueda hacerse realidad esta campaña. «Es imposible para el día 13; muy difícil para lo que resta de temporada y ya veremos qué ocurre en la próxima», explican fuentes del CSD, que prefieren ser cautos en este sentido. Más allá de cuándo será realidad, el regreso de los aficionados sería siempre escalonado y siguiendo unos estrictos controles de llegada a los estadios y de aforo dentro de los mismos. En un primer momento, podrían entrar el 30 por ciento del total, lo que implicaría una distancia de al menos dos metros entre cada uno de ellos. El acceso debería hacerse con mascarilla y se tomaría la temperatura en cada acceso, que tendría que hacerse sin aglomeraciones y con suficiente tiempo de antelación.
De igual manera, al término del encuentro, el desalojo del estadio debería hacerse con orden escrupuloso para evitar que los aficionados rompieran esa distancia social impuesta por el Gobierno en sus recomendaciones.
Habrá que esperar, por tanto, hasta finales del mes de junio para ver si esta posibilidad abierta por el CSD y deseada por los jugadores, puede finalmente hacerse realidad antes de final de curso.
