Nuestro presidente es adicto a dejarnos boquiabiertos con sus golpes de efecto; por tanto, no seré yo quien pierda el tiempo haciendo conjeturas sobre cómo acabará el folletín catalán. Vaya usted a saber lo que andará tramando con —o contra— Puigdemont y qué prebendas —o amenazas— estará ofreciendo a la evanescente Esquerra. En cualquier caso, no hay que hacer muchas cábalas para saber que, pase lo que pase, aflojaremos la mosca el resto de españoles —salvo los vascos, que mean colonia— y el gobierno nos lo venderá como si la cuenta corriera de su cargo. Es lo que hacen ...