Aún a riesgo de que se considere un eximente de sus últimas y disparatadas decisiones, se puede afirmar que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha estado o está mentalmente enfermo. Así lo ha reconocido él mismo al tomarse cinco días de vacaciones porque necesitaba ‘parar y reflexionar’, o cuando el pasado martes en la cadena Ser declaró que había estado ‘mal’. Y si Sánchez está mal, o lo estuvo en los pasados días, existe el riesgo de una recaída que nadie debe descartar. Una posibilidad que tiene en vilo a su Gobierno y al PSOE, partido que estuvo a ...