El pasado 8 de diciembre, mientras en España celebrábamos el cuadragésimo cuarto aniversario de nuestra moribunda Constitución, en Irán la teocracia imperante desde 1979, prácticamente la misma duración que el sistema político alumbrado por nuestra Transición, ejecutaba en la horca al joven de veintitrés años Moshen Shekari, tras un juicio relámpago sin ninguna garantía y a puerta cerrada. El delito cometido por el infortunado Moshen había sido manifestarse contra el régimen totalitario encabezado por Ali Jamenei en protesta por el asesinato de Masha Amini a manos de la policía ...