Las costuras del mercado de deuda han reventado en Reino Unido, a la vuelta de la esquina de la Eurozona. La crisis política que acabó con el mandato fugaz de Liz Truss ha tapado una realidad que inquieta a brókers y analistas. Lo ocurrido en octubre es conocido: el Banco de Inglaterra ha estado interviniendo para evitar que el desplome de los bonos británicos se llevara por delante a algunos fondos de pensiones. Apagado el incendio, la institución que gobierna Andrew Bailey ha dado un paso al lado. Y quien prendió la llama, en apariencia, en el mercado de deuda (la entonces primera m ...