Lo mejor de escuchar las conversaciones privadas de personajes públicos es que por fin los conocemos como realmente son, despojadas por la grabadora esas gruesas máscaras que utilizan para guardar apariencias. Así, ahora sabemos que a Piqué no le disgusta que le llamen Geri en vez de Gerard y conocemos que Luis Rubiales es Rubi en la intimidad. Pero, sobre todo, sabemos cómo se las gastan ambos para trincar (me refiero a la primera acepción de la RAE -"atar fuertemente"- y no a la c ...