El PSOE ha vuelto a fracasar en Castilla y León. Y alcanzará los 40 años en la oposición a lo largo de la nueva legislatura. El candidato Luis Tudanca se ha quedado muy lejos de poder liderar una alternativa al PP y Vox. Los socialistas castellano y leoneses han obtenido 28 diputados, con el voto escrutado el 90%. Son siete menos que en su victoria del 2019.
La derrota, que es clara y contundente, tiene sin embargo una lectura positiva para Pedro Sánchez a nivel nacional. Ni Ciudadanos ha desaparecido del mapa, ni el PP podrá gobernar en solitario. Alfonso Fernández Mañueco necesitará pactar con Vox para retener la Junta, lo que en opinión de Ferraz debilita a Pablo Casado porque Génova no ha podido cumplir los objetivos que se propuso al romper la coalición con Ciudadanos y precipitar este adelanto electoral. "Es evidente que Casado ha fracasado en los objetivos que se propuso al forzar a Mañueco a ir a las urnas", dicen fuentes socialistas.
El PSOE pedía prudencia tras el cierre de los colegios al considerar que el escrutinio estaba muy igualado. Pero el partido se ha quedado lejos de poder formar una mayoría alternativa. El PSOE se ha mostrado cauteloso durante toda la jornada. Solo el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, ha roto esa cautela al animar a la participación en las redes sociales. Los socialistas necesitaban más participación para evitar la mayoría de la derecha. Ferraz se ha volcado en las últimas semanas en la campaña de Tudanca. De hecho, Sánchez participó en los últimos tres mítines de Tudanca.
A nivel nacional, Ferraz ve reforzada la posición de Pedro Sánchez frente a Pablo Casado. El PP queda en manos de Vox, según los sondeos. Y, por lo tanto, según estas fuentes, Casado no ha cumplido los objetivos que se marcó al adelantar estas elecciones. "El PP quería repetir lo de Madrid y en principio no va a poder. No podrá gobernar en solitario", dicen fuentes socialistas. "Ahora queda en manos de Vox".