Las entradas para los próximos Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, que empezarán el 4 de febrero y terminarán el 20, no se venderán al público venido del extranjero y solo podrán presenciar las competiciones "espectadores designados" en respuesta al coronavirus, según ha anunciado este lunes el comité organizador.
"En términos de la sombría y compleja situación de prevención y control de la pandemia y para proteger la salud y la seguridad del personal olímpico y los espectadores, hemos decidido cambiar el plan original de venta de entradas al público", dijo el comité, que agregó que aún se requerirá que las audiencias "cumplan estrictamente con los requisitos de prevención y control de la covid antes, durante y después de ver los Juegos".
Los Juegos se disputarán bajo estrictas medidas de prevención contra la covid: los atletas, reporteros y trabajadores venidos del exterior permanecerán en una "burbuja" aislados de la población local durante toda su estancia en el país asiático.
La capital china se convertirá en la primera ciudad en albergar unos Juegos Olímpicos de Invierno y de Verano y Pekín 2022 será la tercera cita olímpica consecutiva que se celebre en Asia tras las de Pyeongchang en Corea del Sur en 2018 y la de Tokio en 2021.
El anuncio se produce después de que Pekín informara de su primer caso de la variante ómicron altamente transmisible el 15 de enero. Quienes entren en la capital desde otros puntos de China deben someterse a un test de ácido nucleico en las 72 horas posteriores a su llegada a la ciudad, además de presentar una prueba negativa en las 48 horas previas al viaje. Esta normativa estará vigente desde el próximo 22 de enero hasta finales de marzo, según recoge la prensa local.
El pasado septiembre, los organizadores ya habían declarado que no se venderían entradas a espectadores venidos del extranjero, en línea con la estricta política de cero covid vigente en el país asiático, que mantiene prácticamente cerradas sus fronteras a extranjeros y exige una cuarentena de un mínimo de 14 días a cualquier persona que logra entrar.
Según las cuentas oficiales chinas, desde el inicio de la pandemia, se infectaron 105.087 personas en el país, entre las que 96.957 lograron recuperarse y 4.636 fallecieron.
