Lima. La presidenta de Perú, Dina Boluarte, compareció este miércoles ante los fiscales que la investigan por el “Rolexgate”, un caso de presunta corrupción que tiene en la mira a su ya debilitado gobierno.
Es la segunda vez que Boluarte es citada a declarar desde que en marzo estalló el escándalo de los relojes de lujo Rolex y joyas que no consignó en su lista de bienes.
Al término de una hora de indagatoria, la mandataria abandonó la sede de la fiscalía, en el centro de Lima, sin dar declaraciones.
A las afueras del edificio custodiado por la policía, una docena de manifestantes exigió entre gritos su renuncia. “Esta sinvergüenza no se puede quedar hasta el 2026 (...) No podemos soportar este gobierno”, expresó a esta agencia María Maldonado, de 52 años.
Escándalo en Perú: Confiscan relojes de lujo a presidenta Dina Boluarte
La fiscalía investiga a Boluarte por presunto enriquecimiento ilícito y omisión de consignar bienes en documentos. También indaga si incurrió en “cohecho pasivo impropio”, un delito que implica recibir beneficios indebidos por parte de funcionarios públicos.
En su primera declaración ante la fiscalía el pasado 5 de abril, Boluarte indicó que los relojes Rolex le fueron entregados en préstamo por su amigo y gobernador regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima.
Si finalmente la fiscalía decide acusarla, Boluarte solo puede ser llevada a juicio al final de su mandato, en julio de 2026, según fija la Constitución.
Desde el viernes la presidenta enfrenta un nuevo escándalo por presunta corrupción que involucra a su hermano mayor, Nicanor Boluarte, quien fue detenido ese día de manera preliminar por un plazo de hasta 10 días por orden de un juez.
Nicanor Boluarte está bajo sospecha de comandar una red de corrupción que nombraba funcionarios a cambio de sobornos, aprovechando el “poder de facto” que recibió de su hermana, según el poder judicial.
Al tiempo que responde ante la justicia, Dina Boluarte encara el intento de la minoritaria oposición de izquierda de someterla a un juicio de destitución en el Congreso, dominado por la derecha. Es el tercer intento en sus 17 meses en el poder.
La mandataria, cuya desaprobación alcanza el 88% según una reciente encuesta de Ipsos, carece de bancada propia y partido, por lo que el apoyo de las fuerzas conservadoras es clave para que pueda terminar su mandato en julio de 2026.
“¡Vamos a seguir caminando hasta el 28 de julio del 2026! Porque aquí el pueblo escogió una fórmula presidencial y conforme a la Constitución eso se debe de respetar”, declaró la mandataria el martes en un acto público.
En apenas ocho años, Perú tuvo seis mandatarios, en medio de la peor ola de inestabilidad política de su historia moderna.
Ante las acciones de la fiscalía, el gobierno ordenó sorpresivamente la disolución de la unidad policial que apoyaba al equipo de fiscales anticorrupción que allanó en marzo la vivienda de Boluarte y el despacho presidencial, en busca de las joyas.
Ese mismo equipo estuvo al frente del operativo de captura de Nicanor Boluarte.
La mandataria asumió el poder en diciembre de 2022 en reemplazo del izquierdista Pedro Castillo, quien fue destituido y encarcelado por su fallido intento de disolver el Congreso. Boluarte era su vicepresidenta.
Tras su juramentación, estallaron protestas duramente reprimidas por la fuerza pública, en las que murieron 50 personas presuntamente por disparos de policías y militares.
A raíz de ello, Boluarte enfrenta desde enero de 2023 una investigación por presunto “genocidio, homicidio calificado y lesiones graves”.
“He entrado a Palacio de Gobierno con las manos limpias y saldré con las manos limpias, como lo he prometido al pueblo peruano”, afirmó en abril la primera presidenta mujer de Perú.