A caballo entre lo científico y lo artístico, Santiago Ramón y Cajal se encontraban en tensión, entre los deseos de su padre de convertirlo en médico, y su propia vocación de dibujante
Santiago Ramón y Cajal es uno de los grandes personajes de nuestra historia que, todavía hoy, nos sigue sorprendiendo. En la memoria tenemos a ese científico barbudo que ganó el prestigioso premio Nobel pero, progresivamente, siguen apareciendo datos y documentos que nos demuestran que Cajal es mucho más. Además de al prestigioso neurocientífico, sus bocetos y dibujos nos permiten descubrir a otro Cajal: aquel que, desde niño, sintió la llamada del arte. Ese Cajal dibujante todavía no era don Santiago Ramón y Cajal, sino únicamente Santiago, el niño, el estudiante, el intento de artista, un pequeño que se escapaba para pintar a escondidas de su padre. ]]>