¿Era la corona del rey Hierón II de oro, o era una falsificación? ¿Cómo pudo resolver el enigma el genio de Siracusa? Puede que Galileo tuviese la respuesta.
Una de las frases más icónicas de la historia de la ciencia es el «¡Eureka!» que Arquímedes gritaba por las calles de Siracusa tras darse un baño y descubrir el misterio de la corona del rey Hierón. La mente en construcción de un joven Galileo aportó luz sobre ese momento que tiene más trabajo intelectual por parte del siracusano que el propio relato nudista. ]]>