Tras el final de la Guerra Civil, republicanos, socialistas, comunistas y anarquistas se enfrentaron a una disyuntiva: seguir su labor desde el exilio o continuar la resistencia clandestina desde el interior
El final de la Guerra Civil supuso el comienzo de una nueva etapa para las fuerzas políticas que se habían mantenido fieles al Gobierno de la República. Republicanos, socialistas, comunistas y anarquistas se enfrentaron a una seria disyuntiva: seguir su labor desde el exilio para tratar de aprovechar la coyuntura internacional y lograr el apoyo de los países democráticos de Europa y, de este modo, proseguir su lucha contra el franquismo o, por el contrario, continuar la actividad clandestina en el interior manteniendo viva la llama de la resistencia. ]]>