Claudio Bravo cuelga los guantes a los 41 años. La trayectoria del chileno deja grandes recuerdos, más allá de ser héroe en su país, en la Real, el Barça, el City y el Betis. Cuando
Luis Enrique llegó al Barça, en el verano de 2014, se encontró que
Zubizarreta había fichado a
Ter Stegen, el joven meta alemán de mayor proyección de su país. Aun así, el nuevo entrenador quería más experiencia bajo palos y conocimiento de la Liga española. Y el elegido fue
Bravo, que despuntaba en la Real Sociedad. La gestión del entrenador, que le dio la Liga al chileno y la Champions a
Ter Stegen, puso a los dos al máximo nivel y el beneficiado fue el Barça, que consiguió el triplete de títulos.
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