El
Athletic de Valverde está completando una gran temporada. Ganó la
Copa, eliminando a
Barça y
Madrid, y hasta el martes tenía opciones de clasificarse para la
Champions. Además, hasta llegar a Vigo, los leones poseían un dato inmaculado: junto al Madrid eran los dos equipos que no habían perdido ningún partido que habían empezado ganando. El
Athletic no había sufrido ni una sola remontada en
35 jornadas. Y, viendo el primer tiempo y el golazo olímpico de
Berenguer, nada hacia presagiar que el atenazado
Celta podría darle la vuelta al marcador. Pero los cambios giraron el guion.
Giráldez dio entrada a
Aspas,
Mingueza y
Hugo Álvarez en el descanso y revolucionaron el fútbol vigués. ¿Y qué hizo
Valverde? En el minuto 62, con la portería a cero, cambiar al cancerbero. Sabiendo que el
Atlético ganaba en
Getafe y que el
Athletic Club ya no podría optar a más que a la quinta plaza, sacó del campo a
Unai Simón para darle más opciones de ganar el trofeo
Zamora. Al haber jugado 60 minutos ya le computaba como un partido más con la portería a centro.
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