El catalán David Puig sabía a lo que se comprometía cuando el golfista forjado en el
Barcelona Golf Club de Sant Esteve Sesrovires dejó la
universidad de Arizona State para unirse al
LIV Golf, la Superliga financiada por Arabia Saudí, aunque para él no se tratara sólo de dinero. La garantía que LIV ofrecía a Puig no era tanto una importante suma de dinero -jugó dos eventos como amateur antes de convertirse en profesional- sino más bien un hueco para jugar contra varios de los mejores jugadores del mundo, caso de
Brooks Koepka, Dustin Johnson y Bryson DeChambeau.
Seguir leyendo...