Cuando todo el mundo creía que la victoria de Croacia, con Baby Lasagna, estaba más de que otorgada,
Nemo, representante de Suiza, encandilaba al jurado profesional, conseguía sumar la friolera de 365 puntos y, tras sumar el voto del público, acababa levantando el ansiado micrófono de cristal en el Malmö Arena.
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