La sangre fría y el inexpresivo morbo estoico de James Harden, el que para el tiempo y lo reanuda el tiempo con su mortífero cambio de ritmo, el que hipnotiza con sus crossover, sofocó la ignición de unos Dallas Mavericks revolucionados a partir del caos que desencadenó Kyrie Irving. La Barba desarticuló a bombas la remontada de unos Mavs que se levantaron de una desventaja que llegó a ser de 31 puntos, disparándose el base a 33 tantos y 14 en el último cuarto para contrarrestar a los 40 de un desmelenado Irving y darle el triunfo a los Clippers (111-116). Se intensifica la emoción de una serie con el 2-2 antes de que vuelva a Los Ángeles en la madrugada del miércoles al jueves.
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