fuente: biobiochile.cl
En el siglo XIX, el sector médico pensó que la libertad de las mujeres al salir en bicicleta era algo peligroso para la sociedad, por lo que no dudaron en echar a andar una de las mentiras más grandes de la historia del deporte.
Aunque parezca increíble, es cierto que la historia del ciclismo femenino tiene una herida que pocos creen posible, se trata del “Bicycle face” o “Cara de bicicleta”.
Es una historia que ocurrió en el siglo XIX y que tiene como protagonistas a las mujeres y los deseos de que no lograra surgir de una forma tan sencilla como andar en bicicleta.
Porque no solo manejar caballos o autos fueron impedimentos para que las mujeres avanzaran, sino que también la bicicleta se ganó un espacio, aunque a punta de mentiras que generaron un daño que hasta hoy es recordado.
El reflejo de una sociedad en la que los derechos de las mujeres no eran relevantes y donde tuvieron que inventar una mentira para evitar que pudieran ser solo independientes.
Bicycle Face: una mentira que llegó muy lejos
Eran finales del siglo XIX cuando médicos advirtieron de una peligrosa e incómoda enfermedad, aterradora. Así deben haber nombrado durante la época a la Bicycle Face, o más bien, la cara de bicicleta.
Un artículo del Literary Digest de 1895 que descubrió VOX, señala de qué se trata: “El esfuerzo excesivo, la posición erguida sobre la rueda y el esfuerzo inconsciente por mantener el equilibrio tienden a producir una ‘cara de bicicleta’ cansada y exhausta”.
El artículo describió claramente las consecuencias de andar en bicicleta, rostros sonrojados, aunque algunas veces pálidos, labios más o menos dibujados y el comienzo de ojeras que brindan una expresión de cansancio a la mirada.
Sin embargo, la descripción de una “bicycle face” varía según quien lo señalaba, porque algunos más extremistas llegaron a indicar que el rostro de quienes montaran bicicleta reiterativamente podría desaparecer.
De igual forma, según explica el medio, el médico A. Shadwell mencionó que la causa era consecuencia del esfuerzo de mantener en equilibrio una bicicleta, así como también el sobreesfuerzo que se realiza al montarla.
Sin embargo, esto podría afectar a hombres y mujeres, pero fueron las féminas las que se vieron afectadas al nivel que no podían usar la bicicleta debido a una mentira que llegó muy lejos.
Si montabas una bicicleta, además de arriesgar que tu rostro desapareciera, tendrías agotamiento, insomnio, palpitaciones, dolores de cabeza y depresión.