Con más de un siglo de fundación, el Club Regatas Lima fue pieza clave durante la Guerra con Chile, y fue especialmente uno de sus socios quien logró desalojar a los invasores del Hotel Terry.
Durante la Guerra del Pacífico, el Club Regatas Lima vivió momentos de enorme adversidad debido a que sus instalaciones fueron invadidas por las tropas chilenas y muchos de sus miembros se unieron al Ejército y la Marina para defender al país. Entre estos héroes destaca Ángel Camacho, cuyo papel fue crucial en la historia del club y en la resistencia peruana.
A pesar de que el Club Regatas Lima sufrió la pérdida de bienes materiales y de valiosos socios que perecieron en el conflicto, su espíritu de resiliencia y unidad permitió que, años después, el club resurgiera y continuara siendo, hasta la actualidad, un símbolo de perseverancia en la comunidad limeña.
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El Club Regatas Lima fue fundado en 1875, antes del inicio de la Guerra del Pacífico, en un salón alquilado en el Hotel Terry. Durante el combate entre Perú y Chile, el club enfrentó la confiscación de sus pertenencias, que las tropas chilenas se lleven sus botes al buque de guerra Tolten.
Además, la invasión a Lima en 1881 resultó en la pérdida de su local en el Hotel Terry. De los 109 socios del club, 60 se enlistaron en el Ejército peruano, para defender con valentía a Perú. Muchos de ellos perdieron la vida en combate.
Ángel Camacho fue un socio del Club Regatas Lima y un destacado defensor durante la Guerra del Pacífico. Apodado 'Víbora', se armó de valentía y atacó con una carga de dinamita el Hotel Terry, el cual se encontraba ocupado por los invasores. Logró destruir el hotel y a las tropas chilenas.
Su contribución no solo se limitó al campo de batalla, ya que también jugó un papel fundamental en la reconstrucción del club después del conflicto. Tras la guerra, en 1894, Camacho trabajó incansablemente para reunir a los antiguos socios y restablecer las actividades del club. Su liderazgo y dedicación hizo que los 53 socios sobrevivientes volvieran a fundar el Club Regatas Lima, lo que asegura su continuidad y relevancia en la sociedad limeña.
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Después de la devastación de la guerra, el Club Regatas Lima enfrentó la ardua tarea de reconstruirse física e institucional. Bajo la dirección de José Vicente Oyague y Soyer, se redactaron nuevos estatutos y se admitieron nuevos socios sin cargo alguno.
Y es que el club buscaba ser inclusivo, con un enfoque no solo en el deporte, sino también en la camaradería y el compañerismo. Este renacimiento fue posible gracias a la solidaridad y el esfuerzo colectivo de su comunidad. Desde entonces, el Club Regatas Lima ha continuado creciendo y adaptándose, manteniéndose como un símbolo de resiliencia y unidad en Lima.
