El lunes pasado, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Mario Arizti, junto al subsecretario de Industria, Walter Verri, se reunieron con representantes de Fábricas Nacionales de Cerveza (FNC) para abordar la preocupante perspectiva del cierre de la planta en Minas.
Ante el anuncio de cierre programado para el 1 de julio, el gobierno y la empresa acordaron iniciar dos mesas de diálogo, según informó Arizti en una conferencia de prensa tras la reunión. «Hemos propuesto la creación de dos mesas de diálogo, una centrada en cuestiones industriales y otra en asuntos laborales», detalló.
En la primera mesa, se explorarán alternativas para abordar los desafíos de competitividad que enfrenta la empresa. En la segunda, se convocará al sindicato con el fin de encontrar soluciones para los trabajadores que podrían quedar desempleados. El cierre de la planta afectaría directamente a 150 empleados que actualmente se encuentran en el seguro de paro.
«Existe disposición por ambas partes. Contamos con dos meses para trabajar, todo mayo y junio, para lograr avances. Si llegamos a un acuerdo, el cierre no se llevará a cabo», expresó el ministro.
Mientras tanto, la Federación de Obreros y Empleados de Bebidas (FOEB) ha convocado a un Congreso Nacional de Delegados de carácter urgente para este martes, seguido de movilizaciones en Minas el miércoles y en Montevideo el jueves. También anunciaron la posibilidad de iniciar una huelga general a partir del viernes en caso de no obtener una respuesta satisfactoria.
