El nombramiento de la diputada ultraderechista, Lilia Lemoine, como secretaria 1° de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Cámara de Diputados ha generado revuelo no por sus méritos profesionales, sino por sus controvertidas posturas que cuestionan los fundamentos científicos. En un video que ha vuelto a circular tras su designación, Lemoine […]
Lilia Lemoine sostiene un “mapa” de la Tierra plana.
El nombramiento de la diputada ultraderechista, Lilia Lemoine, como secretaria 1° de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Cámara de Diputados ha generado revuelo no por sus méritos profesionales, sino por sus controvertidas posturas que cuestionan los fundamentos científicos.
En un video que ha vuelto a circular tras su designación, Lemoine expone su creencia en la teoría terraplanista, desafiando así los pilares de la ciencia. “¿Qué pasaría si la ciencia tendría que dar el brazo a torcer y dar a conocer que se equivocó?”, se preguntó en un momento que revela su desconfianza en el método científico.
Su respaldo a teorías conspirativas va más allá de la tierra plana, extendiéndose al cuestionamiento de logros históricos como el alunizaje y su planteamiento insólito sobre la detección del coronavirus mediante una prueba absurda.
Estas posturas, lejos de ser aisladas, revelan una tendencia a abrazar ideas que carecen de base científica, lo cual plantea serias interrogantes sobre su papel en una comisión que debería promover la investigación y el conocimiento respaldado por evidencias.
En el video que ha vuelto a circular, Lemoine defiende la idea de una Tierra plana y sugiere que la falta de vuelos comerciales sobre el Océano Pacífico respalda esta teoría. Sin embargo, tal argumento carece de fundamentos sólidos y demuestra una falta de comprensión de la complejidad de la navegación aérea en el mundo moderno.
“No existen vuelos comerciales a través del océano Pacífico. Si la Tierra fuera plana, se explicarían las rutas aéreas mucho mejor que si la tierra fuera esférica”, desarrolló y se preguntó: “¿Por qué los gobiernos quieren ocultarle a la humanidad que la Tierra es plana y que hay una gran pared de hielo?”. En ese mismo instante, aseguró que es algo “muy simple” de explicar y expresó sus “dos razones fundamentales”.
Sus afirmaciones, como la comparación entre el pensamiento humano y animal para justificar su postura, revelan un desconocimiento profundo de los principios científicos y una tendencia a la simplificación excesiva de conceptos complejos.
“La primera razón es: cuando un animal es encerrado en un campo, se le ponen postes, rejas y no puede salir pero tiene comida, agua y tiene todo lo que necesita, simplemente sabrá que no puede cruzar y seguirá su vida normalmente. En cambio, el ser humano no”, y continuó: “Si a vos te dicen que hay una pared que vos no sabes quién la hizo, qué tan alta es, que hay del otro lado y qué esperan hacer con vos esas personas… vas a pasar toda tu vida intentando encontrar esas respuestas y la angustia sería tan grande que el ser humano no podría vivir sabiendo que fue engañado”.
“La segunda razón es: ¿Qué pasaría si la ciencia tendría que dar el brazo a torcer y dar a conocer que se equivocó en algo tan fundamental como en la forma de la Tierra?”, cuestionó la diputada libertaria.
Además, su cuestionamiento sobre el alunizaje y la insinuación de una conspiración en torno a este evento histórico demuestran una falta de respeto por la labor científica y el rigor investigativo que respalda los logros de la humanidad en el espacio.
El reciente resurgimiento de un polémico tweet suyo, donde pone en duda el alunizaje y critica a la NASA, agrega más elementos a un perfil que, lejos de promover el avance científico, parece sumergirse en teorías infundadas que socavan la confianza en el conocimiento respaldado por evidencias.
Durante la pandemia del COVID-19, también una negacionista de la evidencia científica, cuestionando la existencia misma del virus y también criticando el desarrollo de las vacunas y las campañas globales de vacunación.
Propuso que una persona contagiada con coronavirus tosiera sobre una mesa, y que otra persona sin síntomas “chupara” esta mesa para ver si se contagiaba.
