Dirección y guion: Asli Özge. Intérpretes: Luise Heyer, Felix Kramer, Christian Berkel, Timur Magomedgadzhiev, Manal Issa. Fotografía: Emre Erkmen. Alemania, 2023. Duración: 120 minutos. Thriller.
Alguien nos espía, casi siempre, siempre. Incluso aunque estemos en una zona «protegida» puedes padecer esa sensación angustiosa de que hay ojos que miran y registran cada paso, cada gesto, esa sensación de asfixia, de no privacidad. Porque no eres culpable, pero quizá tampoco inocente. Polanski es el maestro del cine claustrofóbico («Repulsión», «El quimérico inquilino», «La semilla del diablo»), y en esas perturbadoras producciones se observan, como si fuera un espejo deformante valleinclanesco, los personajes de la película dirigida por Asli Özge, inquilinos de un céntrico, ruinoso edificio berlinés presionados por el dueño del mismo y que, un día, sin explicación alguna, amanecen cercados por un cordón policial. Nadie puede entrar ni salir. Y, entonces, las opiniones de los residentes se disparan, comienzan las especulaciones, hasta que aparece un cadáver en el ático y el miedo se transforma en violencia frente a este gigantesco «macguffin» y todos se confirman enemigos de todos, y, si el vecino es turco o ruso, aún más. Gentrificación, racismo, un emigrante que denuncia a una joven porque su gata entró de manera ilegal en el país... Y, al final de este excelente, inquietante, perturbador, durísimo filme donde esa pequeña microsociedad es la nuestra, una advertencia: por último solo nos quedará una ciudad atestada de caos, ruido, vigilancia, colapso y muerte.
Lo mejor: es un filme muy perturbador, una certera y dura radiografía de la Europa actual
Lo peor: sería una pena que, entre tanto estreno, esta notable película pase desapercibida
