Las palomitas de maíz reciben diferentes nombres en función de la región y no solo ocurre en España, en los países hispanohablantes también
El dialecto canario, también conocido como habla canaria, es la forma particular del español que se habla en las Islas Canarias. Este dialecto es utilizado por cerca de dos millones de personas que viven en el archipiélago atlántico.
Se trata de un dialecto de «modalidad atlántica» similar a los de la América hispanohablante y a los del sur de la península ibérica.
La ubicación geográfica de Canarias, que ha hecho del archipiélago un histórico cruce de caminos y un puente entre culturas, ha propiciado la incorporación de términos de origen inglés, francés, árabe y americano.
El dialecto caribeño, hablado en Cuba, Puerto Rico, La Española (República Dominicana), y la costa del mar Caribe (Venezuela, el norte de Colombia y Panamá), es el más parecido al canario debido al vínculo histórico entre ambas regiones. Sin embargo, el léxico del dialecto canario está significativamente influenciado por el portugués, del cual proviene una parte considerable de su vocabulario.
Existen numerosas diferencias entre el canario y el castellano peninsular, especialmente en el vocabulario. Diferencias que se hacen particularmente evidentes en el ámbito de la gastronomía. Una palabra que llama la atención a quien la escucha es la utilizada para referirse a las palomitas de maíz, que varía incluso según la provincia canaria.
Lucía Rodríguez, una joven de origen canario, explicó a La Razón que en la provincia de Santa Cruz de Tenerife se les llama "cotufas", mientras que en la provincia de Las Palmas se les suele llamar "roscas".
Sin embargo, no es la única palabra que sorprende por ser tan distinta. "Al maíz le decimos millo y mazorca a la piña", aclaraba. "El boniato es batata, papas son las patatas y habichuelas las judías, aunque estas palabras también se usan en la península" decía.
Las palomitas de maíz reciben nombres muy distintos no solo en España, sino también en los diferentes países hispanohablantes. Por ejemplo, un mexicano en el cine pediría "chivitas"; un colombiano, "crispetas"; y un guatemalteco, "poporopos". En Bolivia, se les llama "pocopas", en Chile, "cabritas" y en Argentina "pururú" o "pochoclos".
En España, también cambia su nombre en función de la región. Un catalán les llama "crispetes" y un manchego, "rosetas" al igual que un malagueño o un granadino. En valencia son "roses" y en Alicante "rositas".