El chileno se enfrenta a Zverev por un puesto en la final del Masters 1.000 de Roma después de un torneo en el Foro Itálico en el que no ha cedido un set y ha eliminado a Djokovic
El hombre de la semana en el mundo del tenis es Alejandro Tabilo. Y el país, Chile, pues dos chilenos están en las semifinales del Masters 1.000 de Roma, que se disputan hoy. Lo que pasa es que Nicolás Jarry ya ha tenido sus momentos en el circuito, sobre todo desde el año pasado, cuando conquistó dos títulos (Génova y Santiago) de los tres que tiene en su palmarés (el otro fue Bastad en 2019). En 2023 también llegó a octavos de final en Roland Garros. Y en 2024 ganó a Carlos Alcaraz, por aquel entonces número dos del mundo, en las semifinales de Buenos Aires. Jarry llevaba una horrible racha en la gira europea de tierra batida: perdió a la primera en Montecarlo (contra Etcheverry), Barcelona (Trungelliti), y Madrid (Cobolli). Su gran triunfo en Roma fue en cuartos contra Tsitsipas (3-6, 7-5 y 6-4), donde protagonizó uno de los puntos del torneo con una gran Willy, y hoy se enfrenta (a las 20:30 horas en Movistar) en semifinales al estadounidense Tommy Paul.
Alejandro Tabilo, por su parte, se enfrenta con Zverev (15:30 horas, Movistar). También sabe lo que es ganar un título ATP, lo hizo en Auckland el pasado enero, pero su triunfo en la segunda ronda de Roma ante Novak Djokovic, además de forma incontestable (6-2 y 6-3) le puso en primera línea y destapó la historia que hay detrás del jugador de 26 años, que se ha asegurado estar desde el lunes 20 de mayo el 25 en el ranking, por lo que será cabeza de serie en Roland Garros, y con opciones se seguir escalando si llega a la final o gana en Roma.
Una de las historias que se ha sabido de Tabilo, que cuenta “La Tercera”, es que antes de jugar en Roma, Djokovic propuso a Tabilo pasar cuatro días con él en Belgrado para entrenar. Ricardo, el padre del chileno, le aconsejó que no lo hiciera: “Le dije que no fuera. Ya lo estaban mirando. Evidentemente, fue un acierto”, aseguró a la “Tercera”. En lugar de eso, el tenista se apuntó al Challenger de Aix-en-Provence, donde consiguió la victoria (derrotó en la final al español Jaume Munar) y además le sirvió como rodaje perfecto para Roma.
Tabilo no nació en Chile, lo hizo en Canadá, donde sus padres estaban por trabajo. Pero la cultura chilena siempre estuvo presente, como comenta el padre del jugador en “La Tercera”: “Yo tenía un grupo folklórico y ensayábamos en mi casa, por lo que el Jano [así llaman a Alejandro] siempre se relacionó con lo chileno. Además, fuimos los primeros en tener televisión de allá, por lo que todos iban a la casa a ver los partidos de Chile”. Tabilo no tardó en destacar con la raqueta, lo que le valió una beca para ir a Florida, a la famosa escuela de Nick Bollettieri, donde estuvo cuatro años.
En esos primeros tiempos, Tabilo jugaba por Canadá, pero su padre desveló que tenían un trato: “Consistía en que cuando se metiera en el top 400 iba a jugar por Chile, porque si estaba muy abajo lo iban a chaquetear. Sin embargo, esta idea no le gustó mucho”, reconoció en el mismo medio el papá Ricardo. Y llegó el momento de hacer efectivo ese acuerdo: “Le tocó enfrentar a Nicolás Jarry. Entonces, le dije: ‘Si le ganas, hacemos los trámites y juegas por Chile’. Entró como una máquina y le ganó”. El resultado fue 7-6 (8/6) y 6-4. Alejandro en ese momento ocupaba el puesto 856, mientras que Jarry era el 423. Era el año 2016.
En esos años, Tabilo tenía un problema añadido y era que con su 1,88 metros de estatura pesaba casi 100 kilos. Empezó a tener problemas de espalda por ese sobrepeso y decidió dejar los hidratos de carbono, cambiar a una dieta radical que le hizo bajar hasta los 65 kilos. Pasó de un extremo a otro, lo que tampoco le favoreció. Tras un par de años de estancamiento, con algún repunte, se mudó a Chile para trabajar con Guillermo Gómez en la escuela Alto Tenis. “Decidimos con todo el cuerpo técnico pararlo casi tres meses hasta la segunda semana de septiembre. Detuvimos el entrenamiento de tenis y lo hicimos engordar y que comiera más. Nos fue bien en ese momento, porque subió ocho kilos en un mes y medio. Y cuando empezó a entrenar de nuevo, para grata sorpresa de nosotros, le fue increíble. Sabemos que juega muy bien”, confesó hace años Gómez en “La Tercera”. Su peso ahora, según la web de la ATP, es de 75 kilos.
Desde ese parón en 2018 comenzó su crecimiento. Llegó hasta a perder el ranking ATP. En enero de 2019 volvió a tener puntos y se colocó entre los 700 del mundo, jugando torneos Futures y Challenger. En 2022 ya pisaba el “top 100”, donde se instaló definitivamente desde finales de 2023. A partir de ahí todo se le ha precipitado a este zurdo que admiraba a Rafa Nadal. Por cierto, en Roma ha desvelado que desde el Mutua Madrid Open cortó su relación profesional con Guillermo Gómez, por tanto está sin entrenador.
