Reparto de puntos en un partido loco que no basta para que Las Palmas certifique su salvación ni el Betis asegure puesto europeo
Hace doce jornadas que Las Palmas pensaba que estaba salvado. Su temporada era de notable, jugaba bien y la única duda era cuándo iba a renovar su contrato García Pimienta, el entrenador, que era uno de los técnicos revelación del curso. Doce jornadas después, los amarillos no están para nada salvados, sumaban ocho derrotas consecutivas y la visita del Betis, lejos de ser un trámite se convirtió en un manicomio. Las dos victorias seguidas del Cádiz han metido el miedo en el cuerpo a Las Palmas, que de destensó cuando el descenso estaba tan lejos como Europa para ellos y resulta que puede acabar en un lío de triples y cuádruples empates que pueden dar con sus huesos en Segunda.
Un triunfo ante el Betis significaba por fin ponerse el bañador e irse de vacaciones, pero resulta que también necesitaban los tres puntos los andaluces, en busca de ganarle el mano a mano a la Real Sociedad por un puesto en la Liga Europa. Así que no era un rival tan cómodo como el Sevilla para el Cádiz y el Athletic para el Celta el miércoles.
Por eso el empate final lo único que sirve es para mantener el suspense hasta el final y a ninguno de los dos les servía del todo para ver mucho más cerca sus objetivos. La presión de ir a Europa no es la misma que la de ver el abismo cerca, por eso los primeros errores por culpa de los nervios los protagonizaron los locales, que se pusieron dos veces por detrás en el marcados. Primero con un autogol de Mika Marmol después de una jugada embarullada, y después, nada más comenzar el segundo tiempo, con una pérdida tonta de pelota en la salida de Marvin Park que aprovechó maravillosamente Abner. Le llegó el regalo al lateral, que le puso un balón tan perfecto a Ayoze Pérez, que un toque casi sin querer con el muslo le bastó para hacer el 1-2 en ese momento.
Dos veces se levantó de esos golpes Las Palmas, porque la derrota sí que era meterse en un jaleo de los gordos. Álex Suárez hizo el primer empate y Moleiro el segundo después de un pase delicioso de Loiodice, que el canterano amarillo no desaprovechó con un remate ante Rui Silva como si fuese un hombre de área. El «10», la joya de Las Palmas, se besaba el escudo y corría con la pelota para ponerla en el centro y seguir buscando el triunfo.
El Betis perdió pronto por lesión a Isco, que se llevó un patadón involuntario en el talón izquierdo de Saúl Coco, y quedó fuera de juego. Entró Fekir y protagonizó una ocasión clarísima en la segunda parte. Una falta directa que rechazó Valles. Antes había tocado en la mano de un hombre de la barrera y el colegiado fue al monitor. Decidió que no era suficiente para condenar a Las Palmas a la derrota, así que siguió el ir y venir caótico que fueron los últimos minutos.
Los dos equipos tuvieron el gol del triunfo. Abde no acertó a rematar un balón dentro del área y Sandro también estuvo cerca de acertar, pero su actuación se quedó en un ejercicio estajanovista en el desmarque y la recuperación, pero sin gol. El descuento estuvo a la altura del resto de la tarde, con una ocasión de Abde, que tuvo en sus botas los tres puntos para el Betis y otra de Pejiño, que remató al palo lo que hubiera sido la salvación matemática de Las Palmas.
