El Gobierno habla de la mejora del poder adquisitivo de los españoles, algo que es muy discutible, tanto a corto como a largo plazo
Sam Ewing (Lewisburg, Tennessee, EE UU, 1949) fue un jugador de béisbol, que luego se doctoró en Psicología y Fisiología del Deporte en la Universidad de Michigan. Autor de un famoso libro, «El gato al que le gustaba la Navidad», también se hizo muy popular su explicación de que «inflación es cuando pagas quince dólares por el corte de pelo de diez dólares que solían hacerte cuando aún tenías pelo» .
El Instituto Nacional de Estadística (INE) certificó ayer que la tasa de variación anual del IPC del mes de abril alcanzó el 3,3%, una décima más que el mes anterior. Al mismo tiempo, la tasa de inflación subyacente –no cuenta carburantes ni alimentos frescos– se quedó en el 2,9%, cuatro décimas menos que en marzo. Los datos no permiten lanzar las campanas al vuelo, ni tampoco rasgarse las vestiduras.
Los precios, en general, no están disparados, pero tampoco estabilizados. Además, la vivienda y los alimentos confirman subidas –oficiales–, del 4% y del 4,7%, muy superiores a la media, que en realidad son todavía mayores en muchas zonas del país, sobre todo en las grandes ciudades.
No obstante, hay precios que escapan a la medición oficial, como los de algunos alquileres que, según el portal especializado Idealista, habrían subido hasta un 79% en el último año. No son los únicos con alzas estratosféricas. El aceite de oliva lleva una subida del 68% en un año y la fruta algo más del 17%.
El Gobierno celebra «la moderación» inflacionista, que es cierta, y habla de la mejora del poder adquisitivo de los españoles, algo que es mucho más discutible, tanto a corto como a largo plazo.
Por otra parte, la inflación española, en el 3,3%, ya no está entre las más bajas de la Unión Europea, sino que figura entre las cuatro o cinco más elevadas, algo que si se mantiene en el tiempo provocaría la pérdida de la competitividad recuperada en los dos últimos años.
Contemplado el escenario con luces largas, los datos oficiales del INE indican que el IPC ha subido nada menos que un 75% en lo que llevamos de siglo XXI, un 20,1% desde que llegó Sánchez al poder y un 19,1% desde el principio de la pandemia. Todo tiene mucho parecido a eso del corte de pelo de quince dólares que costaba diez cuando tenías pelo, como decía Ewing.
