La Comunidad de Madrid encabeza el ranking de Libertad Económica gracias a sus políticas más liberales. Le siguen La Rioja y Euskadi. En los últimos puestos Cataluña
La Comunidad Madrid es la región con mayor libertad económica con una puntuación es de 10, seguida de La Rioja, con una puntuación de 7.2, y es la tercera en la categoría de tamaño del gobierno, y segunda en las categorías de regulación y de servicios. Las últimas regiones clasificadas son Extremadura y Cataluña. La región extremeña tiene un pobre desempeño en todas las categorías, mientras que Cataluña destaca negativamente en la categoría de regulación y tamaño del gobierno, lo que explica su puntuación de 3.4. El resto de las comunidades autónomas se mueven en una horquilla de entre 4 y 6 puntos. Son datos del Índice de Libertad Económica de la Comunidades Autónomas Españolas (ILECAE). Para calcular estos datos se han utilizado 16 variables divididas en 3 categorías (Tamaño del Gobierno, Regulación y Servicios). En cuanto a la metodología, el ILECAE es un ranking relativo, lo que quiere decir que una puntuación de 10 no significa que la comunidad autónoma tenga el mayor nivel de libertad económica posible, sino que tiene el mejor desempeño posible de entre el total de las 17 comunidades autónomas. Cada una de las restantes autonomías obtienen una puntuación que representa la diferencia relativa con respecto a la mejor comunidad autónoma.
La categoría de tamaño del gobierno está liderada por la Comunidad de Madrid que destaca por un gasto público bajo, del 13,24% del PIB, frente a un promedio que se eleva hasta el 20,09%. También cuenta con unas cuentas públicas saneadas, con un saldo fiscal del 0,27% de su PIB y una deuda pública 10 puntos porcentuales inferior a la media de las comunidades autónomas. Además, tal y como constata el Índice de Competitividad Fiscal de las comunidades autónomas, Madrid también se sitúa primera en esta subcategoría. En cambio, las regiones que peor puntuación obtienen son Valencia y Extremadura. En el caso de Valencia, es la salud de las cuentas públicas la que explica su pobre resultado, con una deuda pública que prácticamente dobla el promedio de los gobiernos regionales. Extremadura, en cambio, se caracteriza por un elevado gasto público y por un peso del empleo público excesivo.
En cuanto a la regulación, la Comunidad de Madrid destaca por el bajo número de tributos propios (tres) , pocas leyes aprobadas, aunque es cierto que el número de páginas de su boletín oficial añaden algo de complejidad normativa. A pesar de esto, la libertad de apertura comercial, el número de empresas por habitante y el de patentes por millón de habitantes convierten a la región madrileña en el referente en cuanto a la simplicidad regulatoria. Por su parte, Cataluña se sitúa a la cola. La razón es la complejidad regulatoria que el gobierno catalán impone a sus ciudadanos. Son 15 los tributos propios, además de haber aprobado en 2021 50 leyes y escribir en 127.175 páginas en su boletín oficial. Es decir, para estar al día con la totalidad de regulación aprobada en Cataluña en el año 2021, los ciudadanos y empresas catalanas deberían leer 350 páginas de normativa al día. Además, son sólo 8 los domingos y festivos para los cuales los comercios tienen permitida su apertura.
La Comunidad de Madrid confía más en la gestión privada de los servicios de titularidad pública como son la educación y la sanidad, además de que el peso de las transferencias sobre el total del presupuesto es relativamente bajo. Debe de recordarse que es compatible mantener la calidad de los servicios sanitarios o educativos con la eficiencia en el gasto. Este enfoque permite mejorar la prestación de estos servicios sin que la calidad se deteriore, sino todo lo contrario. Canarias y Extremadura, por su parte, se sitúan a la cola. Las Islas destacan negativamente por el peso de las transferencias en su presupuesto, mientras que Extremadura lo hace por el bajo peso de la educación y sanidad privadas en relación con el sistema público.
En definitiva, la Comunidad de Madrid se erige como un modelo de éxito en la implementación de políticas liberales. Este enfoque ha transformado a Madrid en un centro de atracción para la inversión, el talento global y el crecimiento empresarial, contrastando con otras regiones que enfrentan desafíos debido a políticas más restrictivas. La eficiencia en la gestión de servicios públicos, como la sanidad y la educación, mediante la colaboración con el sector privado, ha permitido ofrecer servicios de alta calidad sin comprometer la sostenibilidad financiera. Además, la adopción de una carga fiscal y regulatoria más ligera ha promovido un ambiente propicio para los negocios y la innovación. Por lo tanto, el modelo madrileño destaca como referente para otras comunidades autónomas, sugiriendo que la adopción de políticas liberales es un motor significativo de desarrollo económico y social, según destacan los autores del Índice de Libertad Económica e las CC AA (ILECAE) 2024 Índice de Libertad Económica de las Comunidades Autónomas Españolas (ILECAE) 2024, de la Fundación Friedrich Naumann (FNF) y la Fundación para el Avance de la Libertad
