Cualquier disfonía que dure más de dos semanas o se presente de forma recurrente hace aconsejable acudir a un otorrinolaringólogo, ya que es un síntoma que puede ser debido a diferentes patologías
Es llamativo el hecho de que, al pensar en la búsqueda de bienestar general del cuerpo, se suele prestar poca atención a la voz, siendo como es una herramienta fundamental en la comunicación humana. Hay, por lo general, poco interés por sus dolencias y sus remedios, pero hay todavía menos atención a su prevención y a su cuidado.
Por eso cuando se habla de disfonía, es decir, de los problemas ligados a la voz, nos adentramos en un territorio muy poco conocido que, como señala el Dr. Rafael García Sardón, especialista en Otorrinolaringología del Hospital Quirónsalud Vitoria, afecta a un número muy elevado de personas, especialmente de entre 25 y 45 años, y es más frecuente en mujeres, en profesores y en niños en edad escolar.
La voz es crucial en el ser humano. En el origen de la especie, la voz jugó un papel esencial como elemento de defensa y de interrelación, y lo fue sobre todo para construir sobre esa base el elemento diferenciador de la especie: el lenguaje.
No puede entenderse al ser humano sin voz. Ha sido siempre así y así sigue siendo en la sociedad contemporánea. A través de la voz transmitimos información -la escritura es a estos efectos una pieza puramente complementaria-, y trasmitimos también y sobre todo, emociones y sentimientos.
Desde el ámbito profesional hasta el ámbito social, la voz desempeña un papel fundamental en la formación de impresiones y la conexión con los demás. Y ahí, la disfonía aparece como "cualquier alteración en el tono, timbre, intensidad de la voz que se percibe como una voz fuera de lo normal y que produce limitación al que la emite", tal como la define el Dr. García Sardón. Por tanto, al comprometer la calidad y la claridad de la voz, la disfonía puede obstaculizar significativamente estas interacciones, afectando a la autoestima y la confianza del individuo.
En términos clínicos, cualquier disfonía que dure más de dos semanas o se presente de forma recurrente hace aconsejable acudir a un otorrinolaringólogo, ya que es un síntoma que puede ser debido a diferentes patologías, como nódulos, pólipos, laringitis, reflujo gastroesofágico e incluso otras de mayor gravedad como el cáncer de laringe.
Pero, en todo caso, no podemos pasar por alto los impactos psicológicos y emocionales de la disfonía. Las personas que experimentan trastornos vocales pueden experimentar ansiedad, depresión y aislamiento social debido a las dificultades para comunicarse. La voz, siendo una extensión de la identidad personal, puede afectar profundamente la percepción de uno mismo y su lugar en el mundo. Por lo tanto, abordar la disfonía no solo es una cuestión de salud física, sino también de bienestar mental y emocional.
El otorrinolaringólogo abordará la cuestión mediante la realización de una historia clínica y un estudio profundo de la voz para saber desde cuándo la padece el paciente, a qué cree que es debida, cuáles son sus hábitos -tabaquismo, alimentación, consumo de alcohol- y cuál su actividad laboral. Hay que estudiar el grado de disfonía y explorar la anatomía del aparato sonador de las cuerdas vocales porque el estudio anatómico, morfológico y funcional de las cuerdas vocales permite diagnosticar bien este síntoma y la enfermedad que lo produce.
En términos de prevención y tratamiento, es fundamental fomentar prácticas saludables para el cuidado de la voz. Esto incluye evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, mantener una hidratación adecuada y evitar el abuso vocal, como gritar o hablar en exceso. Además, es crucial buscar atención médica y terapia vocal especializada al primer signo de disfonía para abordar cualquier problema subyacente y prevenir complicaciones a largo plazo.
Actualmente hay tratamientos médicos, quirúrgicos y rehabilitadores, y la combinación de los tres permite que la mayor parte de los pacientes recupere las cualidades normales de su voz. El tratamiento médico, con fármacos, se acompaña de medidas de higiene y reposo vocal. El abordaje quirúrgico se conoce como microcirugía de laringe o fonocirugía, una cirugía que se realiza sobre las cuerdas vocales con el objetivo de preservar la función de estas. En la rehabilitación se trabajan aspectos como la higiene vocal y el funcionamiento adecuado de las cuerdas vocales, que se realiza por parte de los logopedas en coordinación con los otorrinolaringólogos fonocirujanos.
En conclusión, la voz es una herramienta invaluable en la comunicación humana, y la disfonía representa una amenaza significativa para su función adecuada. Desde sus impactos en la vida diaria hasta sus implicaciones profesionales y emocionales, la importancia de abordar la disfonía no puede subestimarse. Al priorizar el cuidado de la voz y buscar tratamiento temprano, podemos preservar este recurso vital y garantizar una comunicación clara y efectiva en todas las áreas de la vida.
