Hoy se conmemora la figura de San Cirilo de Heliópolis, que jugó un papel crucial en el Concilio de Nicea en el año 325, donde fue uno de los principales defensores de la ortodoxia cristiana contra la herejía arriana, que negaba la plena divinidad de Jesucristo
San Cirilo de Heiliópolis, también conocido como Cirilo de Heliópolis o Cirilo de Jerusalén, fue un obispo y teólogo cristiano del siglo IV. Es especialmente conocido por sus escritos teológicos y por su papel en el Concilio de Nicea en el año 325 d.C.
Cirilo nació probablemente alrededor del año 313 en Jerusalén, aunque hay cierta incertidumbre sobre su lugar de nacimiento exacto. Fue educado en la fe cristiana y se convirtió en presbítero (sacerdote) de Jerusalén en el año 345, y luego fue nombrado obispo de la misma ciudad en el año 350.
Cirilo es famoso por sus catequesis, especialmente las "Catequesis de Jerusalén", una serie de conferencias dirigidas a catecúmenos (personas que estaban siendo instruidas en la fe cristiana antes de su bautismo). Estas catequesis son una fuente importante para comprender la enseñanza y la práctica cristianas en el siglo IV.
Además, Cirilo jugó un papel crucial en el Concilio de Nicea en el año 325, donde fue uno de los principales defensores de la ortodoxia cristiana contra la herejía arriana, que negaba la plena divinidad de Jesucristo. Se le atribuye haber formulado parte del Credo de Nicea, que afirmaba la doctrina de la consubstancialidad del Hijo con el Padre.
San Cirilo de Heiliópolis es venerado como santo en la Iglesia Católica y en la Iglesia Ortodoxa, y su fiesta se celebra el 28 de marzo.
