Hummels clasifica al Borussia Dortmund para la final con un gol de cabeza. El París dominó en la segunda mitad remató cuatro veces a los postes
Matts Hummels ya se sabía el camino a Wembley. Es uno de los supervivientes de la final que el Borussia Dortmund perdió contra el Bayern de Heynckes en 2013 en el estadio londinense –el otro es Marco Reus– y se sintió obligado a enseñar a sus compañeros cómo llegar hasta allí. Lo hizo con un cabezazo limpio, sin oposición, para rematar un córner que había sacado Brandt desde la izquierda. Nadie lo marcaba y tampoco Donnarumma salió a hacer valer sus casi dos metros en el área pequeña y a Hummels no le quedó más remedio que marcar.
El veterano central alemán representa mejor que nadie la trayectoria de su equipo en esta Liga de Campeones. Con 35 años cumplidos en diciembre, su club se lo imaginaba como suplente y consejero de los más jóvenes que como futbolista decisivo. Al Dortmund, a pesar de ser campeón del grupo en el que ya coincidió con el PSG, además de con el Milan y el Newcastle, nadie se lo imaginaba superando al Atlético en cuartos y al equipo parisiense en semifinales.
Pero ese gol de Hummels le ha transportado de nuevo a Wembley, aunque para llegar hasta ahí ha tenido que sufrir. El PSG se volcó sobre la portería de Kobel en la segunda parte. Especialmente después de recibir el gol del Dortmund que le obligaba a marcar dos para igualar la eliminatoria. Cerca estuvo. Cuatro balones al palo lanzó el equipo de Luis Enrique en la segunda mitad. Primero Zaire-Emery; después, Nuno Mendes y más tarde llegaron los remates al larguero de Vitinha y de Mbappe. El remate de la estrella del PSG lo desvió lo justo Kobel para que la pelota pegara en el larguero y se marchara por encima.
El París apretaba y Terzic, el entrenador del Borussia, entendió que no le quedaba otra posibilidad que defenderse. Para eso estaba Hummels, que despejaba todas por arriba y aún se permitió marcar otro gol que le anularon por fuera de juego. Hummels estaba en todas y también supo elegir el momento de derribar a Dembélé unos centímetros antes de que entrara en el área mientras los jugadores del equipo francés reclamaban penalti.
El veterano central alemán necesitaba refuerzos y para eso su entrenador metió a Sule en el campo para jugar con tres centrales al tiempo que retiraba a sus jugadores más rápidos, Adeyemi y Sancho, y a Brandt, el armador de los contraataques. Si necesitaba atacar, sólo le quedaba el recurso de los pelotazos a Fullkrug. Así llegó el gol en el partido de ida, pero en el Parque de los Príncipes el Dortmund bastante tenía con defenderse.
Aguantó hasta el final en un ejercicio de resistencia hasta que llegó el momento en que Orsato pitó el final y sus jugadores se fueron a festejar a un rincón con sus aficionados.
Mbappé, al que apenas se ha visto en la eliminatoria, se marchará de París sin la Liga de Campeones que tanto deseaba. El PSG contaba con el dinero inagotable de los petrodólares qataríes para conseguir ese título, pero a partir de ahora se queda sólo con el dinero. Mbappé buscará el título que le falta en el fútbol de clubes en otro lugar más acostumbrado a levantar trofeos continentales. Decía Luis Enrique que si perdían al día siguiente saldrá el sol. Pero sus aficionados estarán un poquito más tristes porque Hummels se sabía el camino que Kylian no ha aprendido a recorrer.
