Como ya se había comentado en notas anteriores,durante los meses de enero y febrero de este año, el gasto del sector público federal, en particular el del Gobierno Federal, estaba registrando un incremento desmedido, fuera de toda proporción, que solo puede ser explicado por el proceso electoral en curso, y en el informe oficial al mes demarzo, se reporta un aumento de 35% nominal en el gasto programable del Gobierno Federal, con relación al gasto ejercido durante los primeros tres meses del año pasado.
Obviamente, los rubros de Subsidios y de Transferencias son los que registran mayores tasas de crecimiento, particularmente los Subsidios, los cuales reportan un incremento del 94% en términos nominales con relación a lo erogado en el primer trimestre del año pasado.
Las transferencias de capital a empresas públicas también acusan fuertes incrementos, cuando en teoría las obras insignia importantes, como la refinería Olmeca y el Tren Maya, ya han sido inauguradas varias veces.
Adicional al rubro de inversión física, la inversión “financiera” directa del gobierno federal, también reporta un incremento desproporcional de 193%, ya que aumenta de $28.4 a $83.4 miles de millones de pesos, y esperemos que no hayaalgunos “guardaditos” para el año de Hidalgo, que luego simplemente desaparezcan.
Es preocupante que se esté ejerciendo el gasto público federal de manera tan irresponsable y sin importar que el déficit presupuestario se esté multiplicando por 3.6 veces, con relación al ejercido en 2023, pasando de $124.0 miles de millones de pesos a $452.4 mmp al primer trimestre, aunque analizando el déficit de manera pormenorizada, el del gobierno federal es aún mayor y ascendió a $637 miles de millones de pesos, lo que en términos anualizados representa un sobregiro de $2.5 billones de pesos, y pareciera que se quieren gastar todo el presupuesto anual, en solo 9 meses, antes de entregar el gobierno.
Para poner en perspectiva este sobregiro del gobierno federal en los primeros tres meses del año, para poder financiarlo, el saldo de la deuda pública del gobierno federal reportó un incremento de $665 mil millones de pesos, ($2.7 billones de pesos anualizados) lo que revela la elevada proporción del gasto y del sobregiro que se está ejerciendo antes de las elecciones.
En cuanto a la evolución de los ingresos presupuestales en los primeros tres meses del año, estos quedaron cortos a lo programado en $4 mil millones de pesos, a pesar del mayor precio del petróleo, y en particular, los ingresos tributarios fueron inferiores en $9 mil millones de pesos a lo programado, aunque con relación a lo recaudado en el primer trimestre del año pasado, fueron superiores en 3.4% en términos reales, lo que pone de manifiesto que las proyecciones contenidas en el paquete económico 2024, fueron más que optimistas, lo que revela que será muy difícil cumplir con las metas de balance programadas.
Preocupa que la recaudación del ISR, por mucho el impuesto que más aporta a la recaudación tributaria, haya caído no solo con relación a lo programado en más de $10 mil millones de pesos, sino también con relación a lo recaudado el primer trimestre del año pasado, pues reportó un crecimiento negativo de menos 5.2% en términos reales, aunque las cifras totales de recaudación no son tan malas al considerar el mayor IEPS a las gasolinas.
Y finalmente, analizando las demás variables que se actualizan para 2024, llama la atención que la proyección de extracción de crudo, sin condensados, que se estableció en 1.8 millones de barriles diarios para este año, la ajustan a la baja y la actualizan a 1.6 millones de barriles, reconociendo explícitamente el fracaso de la presente administración para no solo detener la caída en la producción de crudo, sino para aumentarla considerablemente.
Sin duda alguna, un total fracaso el manejo operativo y financiero de Pemex.
