“El eslogan nunca ha estado mejor elegido: tiempos nuevos”. Miguel Ángel Revilla comenzó este sábado su discurso inaugural en la primera Asamblea de Dirigentes del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) tras el batacazo electoral del 28M que lo desalojó del poder poniendo el dedo en la llaga. El elefante en la habitación era evidente y el veterano dirigente no quiso demorar ni un minuto su postura al respecto.
Tal y como confirmó nada más empezar el veterano dirigente regionalista, el PRC no va a tener como candidato ni como secretario general en la próxima cita con las urnas a la misma persona que lo ha sido siempre durante las últimas cuatro décadas de forma ininterrumpida. “Después de gobernar tanto tiempo y de perder unas elecciones, es normal que el partido esté algo desorientado”, concedió Revilla ante un plenario bastante desangelado en el Paraninfo de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, que no se prodigó excesivamente en los aplausos.
En su discurso ante los cargos orgánicos y políticos del PRC, Revilla ha dejado poco margen para la autocrítica, ha repasado algunos de los hitos de su trayectoria al frente del partido a lo largo de casi 40 años y ha reconocido que “la edad no perdona” y que ha llegado el momento de ir cediendo el protagonismo en una formación que ha girado en torno a su “figura carismática” durante todo este tiempo. “Ahora iniciamos una nueva etapa con unas bases mucho más sólidas que cuando yo me puse al frente”, ha resaltado como mensaje de optimismo a la militancia.
Y es que, a su juicio, “el PRC es un caso único en el Estado español”. Según ha recordado a sus compañeros de filas, su partido ha pasado momentos mucho más duros que este, como cuando en la década de los años 90 sufrieron la compra de diputados y el transfuguismo, que estuvo a punto de acabar con la formación regionalista. “A pesar de eso, conseguimos reponernos y hemos llegado a ganar las elecciones en Cantabria. Mantener una línea determinada, una coherencia, da sus frutos”, ha defendido el todavía secretario general.
A pesar de este mensaje de renovación y cambios internos en el PRC, Revilla ha dejado algunas dudas sobre el que será su papel en el futuro del partido, porque ni mucho menos renuncia ni da un paso atrás definitivo: “Yo no me voy a ir. Voy a estar siempre vigilante, tutelando el partido, dispuesto a dar consejos y a ayudar”, ha subrayado ante los cerca de 300 dirigentes regionalistas que se han dado cita para escuchar sus palabras en este cónclave.
Me preguntan qué día será el Congreso, quién será la persona que me sustituya. Será cuando yo diga, cuando yo quiera, que lo tengo todo pensado. Es mi responsabilidad, es mi prerrogativa como secretario general. Es mi tarea y mi responsabilidad hacer un Congreso ejemplar
En este primer discurso de la mañana, además, tampoco ha dejado ninguna pista sobre los tiempos que maneja para su sucesión, un tema para el que se atribuye todas las competencias. “Me preguntan qué día será el Congreso, quién será la persona que me sustituya. Será cuando yo diga, cuando yo quiera, que lo tengo todo pensado. Es mi responsabilidad, es mi prerrogativa como secretario general. Es mi tarea y mi responsabilidad hacer un Congreso ejemplar”, ha avisado.
De hecho, Revilla ha insistido mucho en una palabra: “Unidad”. Por eso, ha hecho hincapié en la necesidad de permanecer juntos, sin guerras internas que desangren al partido por dentro, y ha pedido una transición basada en la unanimidad y tutelada por él mismo. “Lo que menos me gustaría en el final de mi carrera política es ver una batalla campal en el PRC, como ocurre en otros partidos. No me podéis hacer esto, no me lo merezco, merezco que confiéis en mí”, ha apelado al borde de las lágrimas. “La fuerza de este partido es la unidad y así tiene que seguir siendo. Hay que patear la tierra, bache a bache, calleja a calleja, problema a problema. Pido confianza, como la he tenido siempre”, ha concluido.