Llega a España y se planta con su cara abotargada y sus ojos inyectados en esa cólera permanente que le caracteriza y los empresarios le abren paso, y se hacen una foto con sello institucional, de esas que se reservan a las altas cumbres. Y termina insultando al presidente electo de nuestro país, su mujer y los demócratas españoles en nuestro propio suelo. Pero no simplifiquemos, este gravísimo incidente diplomático va mucho más allá de esas palabras concretas contra Begoña Gómez, Milei ha venido a soltar un discurso de odio contra la democracia, contra los derechos de los más débiles, de la justicia social, contra el socialismo -que califica de “asesino” nada menos- y para postre en apoyo del genocidio que Israel practica contra los palestinos. Es un insulto a la totalidad. Le ves, le oyes, y no te crees el lugar que ocupa, es como una caricatura de Trump y por ello tanto o más peligroso, pero será que hay mucha gente esperando sacar provecho de este delirio.
Enardecido, su colega Santiago Abascal decía vociferando que no comprende “cómo es posible que no hayamos echado a este Gobierno a patadas y a gorrazos recordando todas las barbaridades que han cometido y que están por cometer”. También odia la democracia, el sello de la ultraderecha. Sánchez está ahí por los votos de los ciudadanos.
Milei venía a “vender su ideología”, a los argentinos -de ahí los contactos empresariales- y “su libro”. También venía a vender su libro, tan cuajado de mentiras que ni su currículo es cierto. Editorial Planeta retiró la edición para corregir los errores, dijo. Es aficionado a mentir, tiene problemas con la realidad. Otro clásico.
Los empresarios compartiendo imagen, la ultraderecha internacional... no podían faltar los medios de la caverna mediática. Marhuenda que había escrito ya que Milei era “La luz al final de un túnel desolador para Argentina”, ha apuntado en La Razón a las “criticas” de Milei a Sánchez.
El Mundo y ABC también han hecho suyos los insultos de Milei.
El socio de Vox también ha participado de los ataques de Milei. El PP. No se han pronunciado hasta las 7 de la tarde, a estos niveles ínfimos.
No ha dejado pasar la ocasión una aspirante a Ayuso Bis, Noelia Núñez en ascenso en el PP y carente de todo escrúpulo como ella. Sin soltar la cuerda de los bulos.
En la misma línea el Telediario de TVE de fin de semana ha atribuido la respuesta de Milei al comentario de Óscar Puente en la Universidad de Salamanca que aumentó la mala relación de los dos ejecutivos desde que el argentino llegó al poder. De nuevo se simplifica, y se limita algo así como a un asunto personal. Lo peor de Milei, si cabe porque el mundo va más que servido con él, son sus cómplices. Una verdadera amenaza.
Esta inyección ultraderechista nos avisa de lo que viene como no se le ponga remedio. Llamar a consultas a la embajadora, quizás es una respuesta corta. El cuerpo pide en estos casos un furgón directo al aeropuerto y declaración de persona “non grata”. Y habrá que pensar en dónde situamos a los cómplices de toda esta tropa de tan alta y precisa ubicación de poder. Si se sigue alimentando en aras de no sé sabe que libertades tanta mentira, tanta connivencia, tanta suciedad.
Porque el verdadero problema es que ellos sí van contra las libertades: las nuestras, las de la sociedad decente y democrática.
