Agentes de la Policía Nacional han detenido este jueves en Madrid a dos personas por participar presuntamente en un delito de receptación de dos cuadros del artista Francis Bacon, valorados cada uno de ellos en cinco millones de euros. Hasta el momento se han recuperado tres de los cinco cuadros que fueron robados en un domicilio de Madrid en el año 2015.
La investigación se inició en el año 2015 tras la sustracción, en un domicilio madrileño, de cinco cuadros del artista Francis Bacon valorados en un total de 25 millones de euros, según ha informado la Policía Nacional en un comunicado. Las indagaciones de los agentes de la Brigada de Patrimonio Histórico han conducido a la detención en Madrid a dos varones presuntamente implicados en un delito de receptación de dos de los cuadros sustraídos.
Las investigaciones han permitido averiguar que los dos cuadros pendientes de recuperar habrían estado en manos de los arrestados. Además de estos dos arrestados, desde que se inició la investigación se ha detenido a un total de 14 personas presuntamente implicadas y se han recuperado tres de los cinco cuadros robados. La investigación continúa abierta hasta la recuperación de las dos obras restantes y la detención de otras personas que pudieran estar relacionadas con los hechos, según la Policía.
La investigación se llevó con hermetismo durante nueve meses, pero una vez se supo, los misterios alrededor de esta historia dieron para muchos reportajes y, ulteriormente, hasta una serie de podcast.
Las obras pertenecían a J.C.B, en ese momento de 59 años, “un amigo del pintor que las recibió en herencia y es aficionado al arte”, dijeron fuentes policiales. Los conocedores del mundo del arte reconocieron esas iniciales y las ampliaron con el nombre del discreto empresario madrileño José Capelo Blanco, a quien se atribuía haber sido uno de los últimos amantes de pintor. Se habían conocido en 1988 y Capelo tenía 40 años menos que Bacon. Un año antes de morir Bacon de un infarto en Madrid, en 1992, este decidió retratar a Capelo en Tríptico 1991.
Bacon y Capelo eran asiduos de una céntrica coctelería madrileña, el Cock, y según una investigación del diario El Mundo, la mesa número 9 de este mítico bar, en la que solían sentarse ambos, habría sido clave en la perpetración del robo. Según ese periódico, los ladrones podrían haber escuchado una conversación que les puso sobre la pista de los cuadros que Capelo tenía en su domicilio.
La Policía localizó tres de los cinco cuadros cuando una empresa privada británica especializada en piezas de arte robadas o desaparecidas se puso en contacto por correo electrónico con las autoridades españolas para confirmar si una de las piezas por las que preguntaba uno de sus clientes era una de las obras de Bacon sustraídas. Gracias a las fotografías del anverso y reverso de la obra que adjuntaban se pudo rastrear la cámara digital de alquiler con la que se habían realizado.
Expertos en el mundo del arte ya alertaron de que sería casi imposible que esos cuadros fueran vendidos sin que saltaran las alarmas.
En 2017, la Policía detuvo a tres presuntos ladrones y se recuperaron tres de los cinco cuadros. El detective del arte Arthur Brand, afirmó este verano que había detenido otro intento de venta de los cuadros. "Nunca los van a vender, es imposible, nadie quiere comprar unos cuadros que fueron robados, porque si tú tienes dinero para comprar un Bacon, no comprarías un Bacon robado", dijo a la agencia EFE. Brand, que en septiembre recuperó un Van Gogh robado, afirma que los cuadros siguen en Madrid.
