España ha podido hasta hoy presumir de ser uno de los países con mayor esperanza de vida del mudo. Se apunta, con orgullo, a la dieta mediterránea, por desgracia en franco retroceso. Mayor relación parece haber con el sistema sanitario, con resultados muy por encima del PIB español. La explicación, en definitiva, no está en hospitales punteros, sin desmerecer el prestigio de varios de ellos.