Que quede claro que todo lo que sea que el Dicasterio para la Doctrina de la fe cumpla con su función de iluminar y clarificar la conciencia de los fieles, del pueblo de Dios, respecto a lo que hay que creer, de fe y de costumbres, me parece de cajón. Lo digo por el reciente documento “Gestis verbisque” sobre la validez de los sacramentos.