La planta de jengibre tiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y analgésicas.
El té de jengibre es una infusión reconfortante y estimulante usado tanto en la cocina como en la medicina dado sus efectos saludables y las distintas propiedades que tiene.
Entre las propiedades medicinales destaca que el jengibre tiene compuestos aromáticos como gingeroles, shogaoles y zingerones, además de aceites volátiles. Los componentes mencionados le otorgan propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y analgésicas.
El jengibre usado como condimento proviene del rizoma (tallo subterráneo) de la planta Zingiber officinale, cuyo origen se remonta a los bosques lluviosos del sur de Asia.
La planta fue apreciada por griegos y romanos para luego ser introducida a África por los portugueses y después llevada a América por los españoles. Sus primos cercanos son la cúrcuma y el cardamomo, dado que todas pertenecen a la familia zingiberácea.
El jengibre se parece a los lirios y es cultivada en regiones tropicales y subtropicales de Asia, parte de África, Brasil y Jamaica. La India es el principal productor mundial con más del 50% del mercado.
En la Argentina, solo se produce en la provincia de Misiones, donde fue introducida en la década 1960 por inmigrantes coreanos y de otros países asiáticos.
Puede ser un aliado para quienes buscan adelgazar. Sus compuestos aceleran la termogénesis en el cuerpo, ayudan a controlar el hambre y los antojos, y aumentan la descomposición de la grasa.
El día puede empezar con una taza caliente de té de jengibre en ayunas y añadirle jugo de limón para potenciar sus efectos.
El jengibre es conocido por su capacidad para calmar las molestias digestivas y combatir las náuseas. Por lo tanto, el té de jengibre es una excelente opción para aliviar estos síntomas.
Además de tomarlo solo, se puede experimentar con distintas combinaciones. Algunas opciones incluyen té de jengibre y limón, té de jengibre y canela, té de jengibre y miel.
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