Según un estudio llevado a cabo en mujeres japonesas, su aplicación dejó resultados significantes respecto a la elasticidad y la estructura dérmica superior, al igual que mejoró el grosor.
El entrenamiento de resistencia logra rejuvenecer la piel gracias a la reducción de los factores inflamatorios circulantes al tiempo que mejora las matrices extracelulares dérmicas.
Así lo determinó un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Ciencias del Deporte y la Salud de la Universidad Ritsumeikan (Japón) junto al Centro de Investigación de Frontera de la Pola Chemical Industries Inc.
La pesquisa publicada en 2023 en la revista Nature comparó los registros obtenidos de 61 mujeres niponas que durante 16 se sometieron también a rutinas aeróbicas.
"Ambas intervenciones mejoraron significativamente la elasticidad de la piel y la estructura dérmica superior, y la RT (Entrenamiento aeróbico) también mejoró el grosor dérmico", repasó el artículo.
Al ahondar en los diferenciales obtenidos, los investigadores dieron cuenta de cómo la práctica de resistencia se diferenció de la aeróbica al impulsar un mayor Biglicano Dérmico (BGN).
Al inicio del estudio, no se encontraron diferencias significativas entre los grupos de entrenamiento aeróbico con los de resistencia respecto a las características de los participantes, como la edad, la ingesta dietética, las propiedades de envejecimiento de la piel, la composición corporal y la capacidad física.
Sin embargo, al profundizar en los efectos fisiológicos de manera ampliada y un metaanálisis, se indicó que el segundo promueve la hipertrofia muscular más que el primero.
"El presente estudio también mostró un aumento significativo en la masa magra de tejido blando (LTM) y 1 repetición máxima en el grupo de resistencia, lo que confirma que esta intervención fue efectiva", detalló el texto.
El aumento en la masa magra de tejido blando (LTM) total en el grupo de resistencia fue de 0,44 ± 0,13 kg (intervalo de confianza del 95 %: 0,17-1,70), correspondiente a una tasa de cambio de 1,2 ± 0,35 %. En el grupo aeróbico, en cambio, se halló una disminución significativa en el peso corporal y el Índice de Masa Muscular (IMC) y un aumento significativo en el VO 2.
En conclusión, una intervención de 16 semanas con ejercicios aeróbicos y de resistencia mostró que ambas lograron contrarrestan el envejecimiento de la piel, mejorar la elasticidad y la estructura dérmica superior. Además, el segundo aumentó el espesor dérmico al inducir una reducción en los niveles circulantes de CCL28, N,N-dimetilglicina y CXCL4 y, por lo tanto, suprimió la expresión de BGN dérmica.