Las ciudades no surgen de la noche a la mañana. Sus barrios y espacios van configurándose a lo largo de los años, y en ocasiones son consecuencia de procesos que se prolongan durante décadas. Así ocurrió con un espacio como el entorno de la plaza de Castilla, cuya transformación vino marcada en buena parte por la construcción de la Estación de tren de Chamartín. Esta gran obra hizo necesaria toda una compleja carambola urbanística, con permutas de terrenos y redistribución de parcelas, que dio lugar a lo que muchos años después fueron las Torres KIO. Pero antes de estas, hubo otros proyectos para esa plaza. Eran los años 60 cuando el arquitecto catalán Antonio Bonet Castellana, afincado durante muchos años...
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