Escribir sobre la muerte es, en realidad, escribir sobre la vida. No se trata de lamentar sino de celebrar lo que fue. Se abren los recuerdos como quien abre una caja fuerte con esos momentos que nos hicieron de esta manera. Los guardamos como el mejor tesoro, porque ya borramos aquellos que dolían y lo que duele entonces es tener la certeza de que no habrá nuevos instantes mágicos que marcarán nuestra memoria. El término «fin de raza» se refiere a los últimos de una estirpe, aquellas personas que representan a los últimos mohicanos de algo que irremediablemente está cambiando. En el bus, en la calle o en el metro, cada vez que me topo con alguien que va leyendo...
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