En la entrada de calle Trinidad, debajo de un azulejo los hombres de trono de la Señora del barrio rezaban a su madre. Una de ellos decía: «Salimos a las 18.30 horas». A los pocos metros, una mujer lanzaba besos a la cristalera de una carnicería. «Que te quiero, guapo» , le decía a un poster de Jesús Cautivo. Había esperanza de verlo en la calle con un océano de almas detrás de su paso sinuoso. Pero a los cien metros un nazarenos iba de vuelta y lanzaba un jarro de agua fría. « No salimos . A las ocho abren las puertas«, afirmó. El comunicado de la cofradía estaba en la puerta anunciando la suspensión de la salida procesional. Brotaban las primeras lágrimas entre los hermanos. El Cautivo se quedaba en casa. No había que correr riesgos. « Siento impotencia y mucha tristeza . Llevamos todo el año preparando para este día y no puede ser. Tocaremos con otras cofradías, pero Él es el nuestro, el Cautivo«, decía Maya Rueda, con el rímel corrido por el llanto y su trompeta en la mano. «Siento impotencia y mucha tristeza. Tocaremos con otras cofradías, pero Él es el nuestro, el Cautivo» Maya Rueda Trompeta en la banda del Cautivo Me ha salvado siempre. Le debo muchas cosas. Mientras pueda andar estaré con Él« María del Carmen Diez años de promesa con el Cautivo Es la mayor devoción de Málaga, al encandila a miles de personas con su presencia. «La primera vez que lo vi fue en el 56. Tenía 17 años, el Cautivo iba por el puente, entre el humo del incienso y sobre las cabezas de la gente. Me encandiló. Es mi Señor «, aseguraba María del Carmen Serrano. Una mujer que lleva más de diez años de promesa con el Cristo. «Me ha salvado siempre. Le debo muchas cosas. Mientras pueda andar estaré con Él« , señalaba la mujer, que confesaba que ya se había hinchado de llorar. «La acompañamos siempre alguien, para que no vaya sola. No tiene bien las piernas», añadía su hija. El Cautivo no salía, pero de la Trinidad no se movía nadie sin presentar sus respetos. Las bandas tocaron ante los titulares. Primero los bomberos, luego la banda del Cautivo y después la de la Trinidad. « ¡Trinidad! ¡A tus pies! «, gritaron con rabia ante la Señora trinitaria, la Madre del Rey del Barrio. La que siempre vela por ellos. No hay consuelo. Miles de personas ya esperan al traslado de regreso. »Aquí estaré cuando lo lleven a San Pablo«, decía María del Carmen. Al Cautivo nunca le falta quien lo quiera . Los acólitos lloraban en la puerta de la casa hermandad F. SIlva Fue la tónica habitual de un Lunes Santo afeado por la amenaza de una nueva lluvia de barro, con las cofradías temerosas después de las imágenes del Prendimiento calado y con el patrimonio comprometido. Dolores de San Juan se quedó, como Crucifixión y Pasión . En la puerta de Gitanos rezaban los devotos. Padre Nuestro y Ave María mirando al cielo para que la cofradía se echara a la calle. La junta de gobierno aceptó. Miró al cielo, agarró las previsiones y decidió salir. La bulla gitana estalló detrás del 'Moreno'. Cantos y rezos por las calles, esperando que la nubes no descargaran barro sobre sus titulares. No fueron los únicos. Estudiantes también decidió salir desde calle Alcazabilla, frente al Teatro Romano con el 'Gaudeamos Igitur' hasta la Catedral, en un recorrido recortado para evitar las horas con las peores previsiones de lluvia. Rezando para que se cumplieran las ventanas sin tormentas y para que los chubascos no aguaran el desfile. La dos salieron el día que quedó marcado porque al Cautivo hubo que ir a rezarle a su casa hermandad.
