La felicidad de Marcelino y Manolita se ve ensombrecida al descubrir que sus hijos no son tan felices como habían imaginado.
La jubilación de Pelayo ha actuado como catalizador para la última gran conmoción en Amar es para siempre. Es evidente que Marcelino no ha recibido con agrado la idea de su padre de retirarse completamente de El Asturiano y empezar una nueva vida junto a Marisa. A pesar de ello, Marcelino reconoce que no puede influir en la decisión de su progenitor y opta por organizar una despedida por todo lo alto en lugar de intentar cambiar su parecer. ]]>