La historia del segundo derbi de la temporada entre el Betis Baloncesto y el Naturavia Morón fue la victoria del triple sobre el rebote. Lastrado por sus problemas en el juego interior, fundamentalmente por la baja de DeBisschop, el equipo verdiblanco sufrió muchísimo en los tableros y sustanció su triunfo, el décimo de la temporada en la competición doméstica, en su consagrada capacidad triplista. La que de tantos apuros lo saca. Su serial en el tiro exterior (12/30) marcó la diferencia en un partido que dominó en todo momento y al que se agarró el Naturavia Morón con un encomiable espíritu colectivo y de resistencia. Esa fe le permitió apurar sus opciones hasta el final gracias sobre todo, a su excelente trabajo en el rebote. Atrapó 41, 18 de ellos en ataque, frente a los 29 de su oponente . Sin embargo, el Betis fue un equipo mucho más afilado en el perímetro. Desde ahí, el Morón resultó inofensivo clavando sólo tres de sus 17 intentos. Compiten mucho y bien los hombres de José Antonio Santaella, pero la diferencia de calidad en el tiro se hizo patente y resultó definitiva para la suerte del encuentro. Un dos más de uno de Kouadio seguido de un mate de Badji fue la secuencia que le dio al Naturavia Morón sus únicas ventajas (3-7). Le duraron un suspiro, el tiempo que tardaron Renfroe y Benite en tomarle la temperatura a la mañana. El brasileño jugaba suelto, sin zapadores a su alrededor, y eso era concederle mucha ventaja. Fino en el tiro, se fue rápidamente hasta los ocho puntos, dos triples incluidos (15-9). De vuelta del tiempo muerto, un ataque muy espeso del Morón y transición de pase y canasta ejecutado entre Renfroe y Radoncic. En ese momento, al Naturavia Morón se le bajaron las persianas en ataque. Fallo tras fallo hasta que M'Madi culminó una transición. Desde el perímetro estaba cegado y también le costaba desde la línea de personal. Sin Renfroe en la pista, su principal generador, el Betis perdió fluidez y flujo anotador, pero el Morón apenas le hacía daño y la distancia se elevó hasta la docena tras triple de Domenech (24-12) . De nueve ganaba el Betis tras un primer cuarto de lo más cómodo para los verdiblancos, que formaban en los tableros con Rubén López de la Torre y Domenech. No había mucho ritmo ni velocidad. Tampoco le interesaba al Betis que se acelerase el partido. Las prisas, si acaso, corrían por cuenta del Morón, que ni encestaba triples ni lograba conectar a su mejor jugador, Kouadio . Como tampoco rentabilizaba el rebote de ataque, sus puntos caían a cuentagotas. Igual que los del Betis, con sus referentes bien vigilados. Un dos más uno de Kasibabu taladraba el 29-19 con más de seis minutos hasta el intermedio. Ya no operaba el Betis con la facilidad del primer cuarto. Si algo tiene el Morón es poderío físico y sus jugadores lo pusieron al servicio del equip o , pero sin que el statu quo de la matinal variase. Hughes al fin acertaba de tres y Benite canjeaba dos puntos más tras recuperación (36-23). Sin necesidad de activar su mejor versión, al Betis Baloncesto le salían las cuentas aunque en su plan de partido había un cabo suelto: el rebote defensivo . Era el asidero que sujetaba al Morón al choque, secas como estaban el resto de sus fuentes de alimentación. Badji (14 puntos y 8 rebotes al descanso, 23+12 al final) se ponía las botas imponiendo su altura y envergadura, generando muchos problemas en los tableros a los albiverdes, que echaban mucho de menos a DeBisschop . Sólo anotaba el poste senegalés para el Morón, mas desgraciadamente para sus intereses, su oponente lo hacía de tres en tres (45-29, tras diana de Jelinek). El contador triplista del Betis (7/15 frente al 0/4 del Morón) era diferencial al receso (45-31) por más que los visitantes dominasen con autoridad en la faceta reboteadora (20 en total, diez ofensivos). La apertura del telón del tercer cuarto fue una especie de sinopsis del partido. Santana erró para el Morón desde el triple y Radoncic sí acertó desde la esquina (48-31). A partir de ahí se animó el Morón, que no tiraba la toalla y rubricaba un 2-10 (50-41), con Kouadio al fin asomando la cabeza y despertando a la afición moronense desplazada a San Pablo . Un mate a dos manos de Tamba provocó el tiempo muerto de Gonzalo García de Vitoria dado que los severos problemas del Betis y en los balones sin dueño, todos para el Morón, continuaban. El primer triple visitante no podía llevar otra firma que la de Kouadio (50-44), respondido de inmediato por una ráfaga de Hughes y Jelinek (56-44). En diez se estabilizó la diferencia y ahí se quedó parado un buen rato el marcador (58-48) , con el público de Morón festejando cada acción de mérito de su equipo, creyendo ciegamente en la remontada. Teniendo su punto de emoción, no era un partido precisamente de alto volumen ofensivo. Ni mucho menos. La última canasta en tiro de campo del tercer parcial se produjo faltando dos minutos y 25 segundos de juego. Luego, una sequía casi absoluta, a excepción de un tiro libre de M'Madi. No desistía el Morón, que en esos parámetros de anotación claro que tenía opciones. Se arrimó a seis, tras triple de M'Madi (60-54), pero dos acciones después, Atencia asistía a Hughes para ejercer de apagafuegos (63-54). Domenech quedaba eliminado a falta de siete minutos y el Betis estaba cada vez más atascado. Atencia, muy discreto, atinaba desde el tiro libre en un tiro en suspensión (65-54) y Hughes encarrilaba el triunfo a falta de cuatro minutos tras rebote de ataque de Rubén López de la Torre y asistencia para el triple de Hughes (69-57) . Otra vez. El duodécimo del Betis en un partido que dominó en todo momento, aunque con muchos apuros al final, pese a sus evidentes carencias en el rebote. El costado que supuraba. Ahí se le vieron las costuras y conviene apuntarlo para lo que le viene. Badji se disparaba a los 21 puntos, Kouadio hasta los 14 (71-63, a dos minutos) y M'Madi, tras el enésimo rechace ofensivo, apretaba el marcador (71-66) y le ponía al cierre la guindilla de la emoción completando un 0-7 que obligó al Betis a parar el choque . Los verdiblancos agotaron esa posesión sin anotar y el Morón dispuso de casi un minuto para dar el zarpazo. Jiménez sublimaba el suspense desde el tiro libre (71-68) a 37 segundos . Tras otro tiempo muerto, Jelinek erró de tres, a Kouadio no le pitaron una posible falta en una entrada a canasta (bien defendida precisamente por el alero checo), Hughes sólo acertó un tiro libre y Renfroe rescataba a media pista una pelota que condujo a Jelinek a la línea de personal para sentenciar (74-68) y poner la décima victoria del curso en el casillero bético. Que en San Pablo, su guarida, sigue siendo indestructible.