Corea del Norte se ha pronunciado por primera vez sobre la declaración del presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, de la ley marcial, que dio pie a un terremoto político en el país vecino el pasado 3 de diciembre. Una acción que en las últimas horas ha llevado a la detención del exministro de defensa, Kim Yong-hyun, y el registro de la oficina presidencial, y sede central de la Policía surcoreana, como parte de la investigación al presidente del país.
Según recogen varios medios internacionales, ha sido la agencia de noticias estatal de Corea del Norte, la KCN, la que emitió el comentario este miércoles, donde arremete tanto contra Suk Yeol, a quien acusó de ser una marioneta y un "insensato", como contra Corea del Sur, al calificarla de ser una "nación de gánsteres".
De acuerdo con la KCNA: "El títere Yoon Suk Yeol, que ya había enfrentado una grave crisis de gobierno y un juicio político, declaró la ley marcial inesperadamente y desató las armas de la dictadura fascista contra el pueblo". Como recoge 'The Guardian', el artículo publicado en la prensa norcoreana también se hizo eco del despliegue de las fuerzas de seguridad para evitar la entrada de los parlamentarios surcoreanos en la Asamblea Nacional, donde finalmente lograron votar la derogación de la ley.
En Corea del Norte, país característico por su prácticamente inexistente libertad de prensa, y sistemática represión contra los opositores del régimen, habrían llegado a mostrar imágenes de las grandes concentraciones ciudadanas reclamando la destitución de Yoon Suk Yeol, y haciendo mención incluso de la acogida del incidente por parte de la comunidad internacional.
Esta, según los medios surcoreanos, "está observando con desaprobación, y se estima que el incidente de la ley marcial expuso las vulnerabilidades de la sociedad surcoreana", además, pronostican "un final temprano" en la carrera política del presidente.
De esta forma, Corea del Norte, que lleva siendo gobernada con mano dura por la dictadura de los Kim desde 1948, y que mantiene un enfrentamiento abierto con su vecina Corea del Sur, ha aprovechado la polémica decisión del presidente Yoon Suk Yeol para desacreditar a sus vecinos ante su población.
Mientras tanto, la justicia de Corea del Sur sigue adelante con su investigación de los hechos, con el fin de determinar si el presidente y otros cargos cercanos incurrieron en una "insurrección" al declarar la ley marcial. Por el momento, las autoridades han prohibido al Suk Yeol, el comisario general de la Agencia Nacional de Policía, Cho Ji-ho y otros dos comandantes del cuero, abandonar del país.
Aunque el Partido del Poder Popular (PPP), que permanece en el gobierno, logró salvar a su candidato de la moción de censura, medios surcoreanos han confirmado que la formación anunciará pronto una hoja de ruta hacia la dimisión de Yoon.