Demostrando la maravillosa relación que mantiene con su hijo Pablo Urdangarín, la infanta Cristina no ha dudado en viajar a Barcelona este fin de semana para pasar con el joven su 24 cumpleaños, que ha celebrado en la intimidad tras cumplir con sus compromisos deportivos.
Lejos de grandes celebraciones, el sobrino del Rey Felipe VI soplaba las velas el pasado 6 de diciembre acompañado por su madre y por su novia, Johanna Zott, y 24 horas después reaparecía en el encuentro que ha enfrentado al Fraikin BM Granollers de balonmano frente al Torrelavega, donde una vez más ha tenido un papel destacado en el juego de su equipo.
Como no podía ser de otro modo, doña Cristina ha estado animando a su hijo desde las gradas, aunque en esta ocasión no lo ha hecho acompañada por la pareja de Pablo, sino por unas amigas con las que compartió confidencias mientras aplaudía cada una de las jugadas del joven.
Inseparables, y antes de regresar a Ginebra -donde tiene establecida su residencia aunque cada vez pasa más tiempo en Barcelona, donde ha adquirido el piso en el que vivió los primeros años de su matrimonio con Iñaki Urdangarín- madre e hijo se han dejado ver juntos derrochando confidencias al abandonar un lugar y subirse juntos al mismo vehículo, conducido por uno de los escoltas de doña Cristina.
