La ministra de Defensa vivió el viernes 22 de noviembre uno de los momentos más tensos desde que ostenta el cargo, al menos en público.
Margarita Robles visitó tres municipios de la provincia de Valencia que sufrieron los efectos más dañinos de la gota fría: Cheste, Paiporta y Picanya. Algunos vecinos de la zona aprovecharon la oportunidad para echarle en cara lo que ellos entendieron que fue el retraso o la insuficiencia de las Fuerzas Armadas al desplegarse para ayudar a los damnificados.
No sufrió una agresión, como sí los reyes, Pedro Sánchez y Carlos Mazón semanas antes, pero Robles y el general jefe de la UME tuvieron que soportar gritos, reproches y a algunos vecinos encarándose. La ministra llegó a reaccionar elevando la voz para repetir “¡Yo no tengo la culpa!”.
En esa última visita a Valencia, Robles vestía a modo de abrigo un chaquetón propio de la uniformidad de la Unidad Militar de Emergencias: negro, con franjas amarillas y el escudo de la unidad. Se trataba de un chaquetón personalizado, porque tenía hasta ‘galleta’ propia: en el rectángulo del pecho donde los militares lucen el apellido, empleo y arma, el abrigo de la ministra presentaba el escudo de la UME, su apellido (Robles) y “Minisdef”, acrónimo de “Ministra de Defensa”.
Robles había viajado a Valencia en semanas previas al menos dos veces. En esas ocasiones, se dejó ver con un chaquetón militar, pero no el de la UME.
Se trasladó al cuartel general establecido por la UME en la base ‘Jaime I’ de Bétera el 9 de noviembre, y se acercó discretamente a ver cómo trabajaban algunos militares en un polígono industrial de Sedaví.
Como se puede comprobar en las imágenes difundidas por el Ministerio de Defensa, en esa ocasión la ministra se abrigó con un chaquetón pixelado boscoso del Ejército de Tierra. También llevaba una ‘galleta’ personalizada, con las letras “ESP” (de España, se entiende), su primer apellido y, curiosamente, el emblema del Arma de Caballería, que lo forman dos lanzas con banderolas cruzadas en aspa.
Estas imágenes llamaron la atención de algunos militares, que las comentaron en algunos foros como ‘Papelera Militar’. “No sabía que la ministra era de Caballería”, lanzaron en tono de guasa.
Robles volvió a Bétera tres días después, esta vez acompañando al rey Felipe, y también se puso ese chaquetón de Caballería.
Fue en la siguiente aparición en el terreno con la UME, el pasado viernes, cuando la ministra cambió el abrigo de Caballería por el de la Unidad Militar de Emergencias.
Todo parece indicar que esas prendas son regalos de unidades que ha visitado últimamente Margarita Robles. Pero su uso no ha sentado bien a algunos militares, que lo consideran impropio.
Distintas normas prohíben el uso de prendas de uniformidad de las Fuerzas Armadas a quienes no son miembros de las mismas.
A los propios militares se les puede castigar por cometer una falta leve, según la Ley Orgánica 8/2014, de 4 de diciembre, de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas, por “la infracción de las normas que regulan la uniformidad, así como ostentar insignias, condecoraciones u otros distintivos militares o civiles sin estar autorizado para ello”.
También la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana castiga “el uso público e indebido de uniformes, insignias o condecoraciones oficiales, o réplicas de los mismos, así como otros elementos del equipamiento de los cuerpos policiales o de los servicios de emergencia que puedan generar engaño acerca de la condición de quien los use, cuando no sea constitutivo de infracción penal”.
Incluso el Código Penal establece, dentro del capítulo sobre usurpación de funciones públicas e intrusismo, que “el que sin estar autorizado usare pública e indebidamente uniforme, traje o insignia que le atribuyan carácter oficial será castigado con la pena de multa de uno a tres meses”.
Hace años la ministra Robles ya llamó la atención en una entrevista en televisión concedida desde la Academia General del Aire, en San Javier (Murcia). Llevaba puesta una cazadora de vuelo, tipo ‘bomber’, con el escudo de la academia y también en ese caso con una ‘galleta’ con el rokiski del Ejército del Aire, la inicial del nombre junto al apellido (“M. Robles”) y su grupo sanguíneo, algo también habitual en estos distintivos para ciertos uniformes militares.
Ha habido algún caso parecido. La directora general de la Guardia Civil, Mercedes González, presidió un acto de la Agrupación de Tráfico en marzo de 2023. Llegó vestida con un jersey, pero por las fotos parece que le regalaron un chaquetón como el que usan los guardias civiles de Tráfico, y se lo puso: pronunció un discurso cubierta por el chaquetón.
