En los últimos años, los cigarrillos electrónicos han transformado los hábitos de millones de personas en Europa. Mientras que algunos países han adoptado medidas estrictas para regular su uso y comercialización tanto en vape shops físicas como online, en España las políticas parecen avanzar a un ritmo más lento. Esta situación plantea una pregunta importante: ¿está España rezagándose frente a sus vecinos europeos en materia de regulación del vapeo?