Tras cantar el alirón hace una semana ante el
Cádiz, el
Real Madrid prolongó su estado de euforia con la épica victoria del pasado miércoles frente al
Bayern Múnich, que le metió en la final de la
Champions en Wembley (Londres). Este sábado, en el
Nuevo Los Cármenes, siguió la fiesta merengue en pleno funeral del
Granada. El ya descendido equipo nazarí le hizo a los de
Carlo Ancelotti un incómodo pasillo. Después llegó el paseo militar de los merengues en forma de una goleada casi sin querer ante la escandalosa pasividad de los de
José Ramón Sandoval.
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