La contrarreloj por equipos hace líder a la pequeña escaladora Gaia Realini, con las favoritas a muy poca distancia
Gaia Realini mide 1,50 y pesa 40 kilos. Está muy lejos de ser la típica especialista contra el crono, pero es la primera líder de la Vuelta femenina después de la contrarreloj por equipos de 16 kilómetros por las calles de Valencia. El terreno de la italiana es otro, las cuestas, como las que le tocó subir el año pasado por terreno cántabro para desafiar a Van Vleuten y ganar la sexta etapa de la carrera española.
Entonces, en la meta de Laredo, se echó a llorar. Pura emoción. Nunca había conseguido una victoria tan importante. Hoy es líder de la Vuelta, pero sube al podio como representante de su equipo, el Lidl-Trek, que fue el más rápido en la lucha contra el reloj a pesar del accidentado final. Dos de sus corredoras se cayeron en la última curva, una desgracia que no tuvo consecuencias para el triunfo en la etapa y que tampoco se llevó por delante las ilusiones de su principal corredora, Longo Borghini. El tiempo lo daba la cuarta corredora del equipo y la italiana entró cuarta, por detrás de Elizabeth Deignan y de Brodie Chapman. Sólo Ellen van Dijk sufrió unas abrasiones por la caída, según el parte médico.
Para Lidl fue la primera gloria de la carrera, pero no estuvieron muy lejos el resto de favoritas. Demi Vollering, la ciclista a la que todo el mundo espera como sucesora de Van Vleuten, y su equipo, el DS Worx, se quedaron a un segundo. La polaca Niewiadoma perdió ocho segundos y Mavi García, diez. No mucho más lejos quedaron Movistar y la alemana Liane Lippert, a doce segundos.
No era una etapa para hacer muchas diferencias, se trataba solo de ordenar la carrera antes de las primeras etapas en línea. Lo mejor espera al final. Mañana es terreno para velocistas como la neerlandesa Marianne Vos. La tres veces campeona del mundo en ruta sigue siendo una referencia cuando la carrera se lanza en los últimos metros. Y su equipo, el Visma, hizo el mismo tiempo en meta que las ganadoras. Es hora de su asalto al maillot rojo.
